La calidez del sol acarició su piel al despertar, como si los rayos fueran testigos del sueño sereno que había tejido en la oscuridad de la noche. Sus ojos, antes cerrados en el reino de los sueños, se abrieron con una claridad renovada, reflejando la paz y la satisfacción que solo un descanso reparador puede brindar. A medida que sus sentidos se despertaban uno por uno, el aroma de la mañana invadió sus fosas nasales, trayendo consigo la fragancia de un sueño lindo y apacible. Cayendo en cuenta que pertenecía al chico recostado aún entre sus brazos. Su cuerpo, al estirarse con gracia, parecía recordar los dulces momentos de esa travesía íntima, dejando en su despertar la huella de la tranquilidad recién experimentada.
Jamás se había sentido de aquella manera al despertar, tan feliz y tranquilo. Por ello se dedicó a saborear aquella mañana, llena del cálido aroma de Jisung y su calor rodeándolo en toda la extensión de la palabra.
Estaba por caer dormido nuevamente al encontrar refugio en el ambiente pacífico, sin embargo, unos toquidos apresurados hicieron que Minho pegara un brinco y Jisung despertara abruptamente.
Desorientados trataron de encontrar de donde provenía aquel toque frenético. La respuesta llegó dos segundos después.
-¿Jisung? ¿Por qué has trabado la puerta? ¡Abre ahora mismo!- La voz de Irene hizo eco por todo el lugar, alertando a los amantes recostados en el suave colchón.
Jisung se puso de pie rápidamente, mirando el rostro aterrorizado de Minho. Sin embargo, su mente trabajo más rápido que nunca encontrando una escapatoria fácilmente.
-Metete en el mueble de donde he sacado las cobijas. Yo me encargo.
Sin rechistar, Minho se dirigió a dicho lugar donde ingresó con un poco de dificultad, quedando hecho un ovillo en el diminuto espacio. Jisung le siguió para cerrar la puerta y levantar las cobijas del suelo para aventarlas hacia su cama. Todo mientras el toquido insistente de Irene retumbaba en los corazones nerviosos de ambos.
-¿Mamá? ¿Qué pasa?- Jisung actuó lo más natural que pudo, relamente parecía que acababa de levantarse.
-¿Por qué tenías la puerta cerrada?- Irene preguntó mientras ingresaba a su habitación sin permiso. Jisung no contestó por lo que fue el centro de atención de su madre.- Contéstame, ¿me estás ocultando algo?
-Yo... la verdad es que tengo miedo.- Dijo lo primero que se le ocurrió, afortunadamente Jisung era bueno mintiendo. Era una cualidad que había adquirido con el paso del tiempo gracias a las constantes prohibiciones y desacuerdos con su madre.- Me aterran los toques de queda madre y el hecho de saber que aún no han cazado a la bestia es una razón por la que mantengo mi puerta cerrada por la noche, para sentirme a salvo.
Minho, dentro del ropero, escuchaba atento la conversación de Jisung. Sonrió levemente pues sabía que Irene subestimaba a su hijo, Han era más inteligente y capaz de lo que creía pero no se enteraría jamás. Aunque, de igual manera, una duda se instaló en su pecho sobre sí aquellas palabras eran ciertas o simplemente un monólogo para desviar la atención.
-Oh, bueno.- Irene pareció pensarlo un poco, mirando el cuarto a su alrededor.- Yo creo que ya estás demasiado grandecito para asustarte por leyendas sin sustento Jisung, no es necesario estar sacando cobijas extra para sentirte protegido como niño pequeño. Pero si quieres puedo contratar a alguien para que proteja la propiedad.
-Mhm, gracias madre pero creo que tienes razón, debo superar mis miedos. Prometo ya no sacar cobijas ni almohadas pero me sentiría mejor si la puerta siguiera cerrada, al menos en lo que asesinan a la bestia.
Jisung sabía de sobra que su madre no se oponía a nada si antes le daba la razón. Era como si Irene disfrutara de su humillación y lo repitiera en su cabeza, ignorando las demás palabras que salieran de sus labios.
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𝐻𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒 𝑙𝑜𝑏𝑜 ~ 𝑀𝑖𝑛𝑠𝑢𝑛𝑔 🍁
Loup-garou"Y ahí estaba de nuevo. Con su postura encorvada, sus grandes colmillos, sus orejas picudas, su respiración de bestia, su pelaje asqueroso, sus garras afiladas, sus ojos brillantes y su hambre insaciable. Su sed de sangre. Aquella noche, era luna l...