Un nuevo día empezaba y el pelirrojo estaba llegando al edificio de su empresa en donde lo esperaba su amado, entró y lo vio, con su cabello perfectamente arreglado y labios húmedos, tan hermoso como siempre, aunque, bueno, estamos hablando de él claro que es hermoso.
— Buenos Días, Amor.
— Buenos Días, Coronel.
— ¿Cómo anda el amor de mi vida?
— Excelente desde que llegaste, ¿Y usted, Guapo?
— ¿Yo? Yo ando preocupado porque hoy vas a mi casa.
— No deberías, ya he ido ahí, no será la gran cosa.
— Sí, pero en todas las veces ella te molesta y te hace sentir menos, y no me gusta.
— Amor, soy adulto, sé lo que valgo, y lo que una estúpida me diga no me va a afectar para siempre, además yo también tengo que darte una sorpresita...
— ¿A mí?
— Sí, y antes de preguntes, no, no es para hacer cochinadas, cerdo pervertido.
— Ya me había emocionado...
— Río.— Imbécil... Bueno, el punto es que quiero llevarte a un lugar especial.
— ¿A dónde?
— Si te lo digo no será una sorpresa, Amor.
— Nunca había visto tanta maldad en una persona.
— Te demostraré que tan malvado puedo ser, empezando por esto.
Se sentó en el regazo del mayor quien se confundió y sonrojó inmediatamente.
— Si me tocas un pelo te golpeo los huevos.
— Definitivamente eres muy cruel.
— Cruel o no, no me toques hasta que te lo diga.
— ¿Ni siquiera abrazarte?
— Bueno... Tal vez eso sí.
— ¿Y un darte besitos?
— Solo si yo te digo.
— ¿Mimos?
— Si me siento de mal humor tal vez...
— Oye, Andy, tengo una duda, ¿Qué mierda hacemos aquí si no tenemos que hacer nada?
— Ah... Maldita sea es cierto. Bueno, entonces vámonos.
— ¿Puedo darte un abrazo antes?
— Solo si viene acompañado de un beso.
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~ El Amor Sabe A Vino... ~ Spartor ~
FanfictionAmbos eran líderes de las empresas más importantes del país, uno ya casado, con familia y dinero a montones, aunque a pesar de tener una vida aparentemente "Perfecta" su corazón se sentía incompleto; como si algo o alguien le faltara. Trató de soluc...