31 ❱ REMEMBRANZA

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Corrompida por el espíritu insaciable de lucha, me lancé en dirección de los Bronze Saints, quienes a su vez emplearon sus técnicas de ataque para defenderse. El Cosmos congelante de Cygnus descendió considerablemente la temperatura del ambiente; mis pies, al entrar en contacto con aquel poder gélido, se acabaron por escarchar en el suelo.

—¡Diamond Dust! —exclamó, juntando los brazos y apuntando en mi dirección, haciendo que una potente ráfaga de aire congelante me golpeara de frente. Extendí un brazo para evitar que mi rostro se viera envuelto en la escarcha, el cual quedó cubierto por una gruesa capa de hielo, mismo frío que se extendió por una parte de mi pecho hasta mi cuello.

Justo cuando ellos creyeron que lograron detenerme, comencé a reírme con cinismo.

—Tu aire congelante solo ha conseguido refrescarme —dije, y al instante hice arder mi Cosmos lo suficiente como para resquebrajar la escarcha que me mantenía prisionera en el suelo. Pedazos de hielo salieron disparados en todas las direcciones, llegando hacia el sorprendido Cygnus, quien aún no creía lo que sus ojos veían.

El grito de Seiya me tomó por sorpresa:

—¡Shiryu, a ella!

—¡Rozan Shō Ryū-Ha!

El tiempo adquirió un ritmo lento ante mis ojos, cuya visión se aferraba a la velocidad de la luz. Vi acercarse a aquellos dos Bronze Saints, y solo bastó con que usara un dedo de cada mano para detenerlos, con el de la derecha el puño de Dragón, y con el de la izquierda el pie de Pegasus que atacaba desde la altura. Aproveché la cercanía que mantenía con ellos, para así sujetar con todas mis fuerzas al castaño por el tobillo, y así lanzar su cuerpo contra su compañero, haciendo que ambos salieran volando hasta impactar con los pilares del castillo.

—¡Nebular Chain!

Vi por el rabillo del ojo la cadena de Andrómeda que aumentaba su largo y se dirigía hacia mi ubicación. Aguardé hasta tenerla a pocos centímetros de mí y me elevé unos metros, esquivando la cadena triangular. No pude prever que la cadena circular lograría atrapar una de mis muñecas, pero no me preocupó en lo absoluto. El muchacho de cabellos verdes fue testigo de mi vil gesto lleno de diversión, cuando me hice con sus dos cadenas y atraje su cuerpo hacia mí jalando de ellas, para así darle una patada en el tórax, quitándole el aire y mandándolo a estrellarse de espaldas al suelo.

—¡No hay que permitir que se aleje del suelo!

Comprendí que quien gritaba era Pegasus. El muchacho volvió al ataque, secundado por el Dragón que nuevamente intentó obtener buenos resultados con su técnica. Logré esquivar el ataque congelante de Cygnus, cuyo puño viajó en dirección de mi rostro. Con gran agilidad me aparté del golpe de Seiya, sacando provecho de la Cadena de Andrómeda que aún no soltaba. Usé dicha arma para abalanzarme en sentido contrario, y así arrastré conmigo a Cygnus y a Dragon, quienes se hallaban en medio del camino.

—¡Cosmic Threads! —Invoqué mi técnica, haciendo resurgir un sinfín de hilos azules, quienes atacaron de lleno los cuerpos de ambos Bronze Saints antes de que tocaran el suelo. Debí reconocer la resistencia de sus Cloths, ya que no sufrieron grandes daños y les ayudaron a prevenir heridas críticas, exceptuando algunas cortaduras producto de los hilos que se clavaron en sus pieles como minúsculas agujas.

—¡Oh, Shiryu, Hyoga! —Andrómeda había logrado incorporarse a tiempo para ir en defensa de sus amigos—. ¡Thunder Wave!

Vi la cadena triangular viajar en zig-zag hasta su blanco. No lo pensé dos veces antes de detenerla con mis propias manos, soltando un gemido de dolor debido al roce y la intensidad de su Cosmos que producía electricidad, la cual quemaba mis dedos.

𝐌𝐀𝐑𝐈𝐎𝐍𝐄𝐓𝐀 ⊹ saint seiyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora