VIAJE PARTE 2

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"En un beso sabrás todo lo que he callado"
Pablo Neruda.





- Esta oscuro.

- Ya se.

- Prende la luz, entonces.

- ¿Y que crees que intento hacer?

En cuestión de segundos la habitación se ilumino, era espaciosa y llena de estantes con vasijas de barro y arcilla. También se encontraban varias mesas con objetos tapados con mantas blancas.

De seguro y este es su estudio de trabajo.

- Y........ ¿Qué te parece? - pregunto mientras quitaba las mantas.

- Así que este es un estudio de alfarero.

- Te diste cuenta a la primera, a veces me sorprendes, Natt.

- ja ja ja que gracioso. - dije sarcástica - No soy estúpida. Se como se ve un taller de alfarería.

- ¿Haz visto alguno antes de ahora? - cuestionó.

- Si, en Boys Over Flowers.

- ¿Boys qué? Sabes, mejor ni pregunto.

Curiosee en los estantes, cada pieza era hermosa y con detalles. Me sorprendía solo de pensar que Zack a echo todo esto.

-Oye.... ¿Todo lo hiciste tu? - pregunte acercándome al el.

Zack estaba limpiando algo parecido a una maquina de las que giran para hacer cerámica.

-Si están aquí, es porque yo los hice. - contesto sin mucho interés, concentrándose en lo que hacia.

-¿Cómo se llama eso? - señale ese aparato.

-Es un torno, con esto trabajo. Pongo el barro aquí y ocurre todo.

Solté un gran Ohhhhh y como niña pequeña, me senté a admirar todo.

Zack saco una gran masa de lo que supongo era barro, la coloco sobre una mesa y la corto en partes, luego peso cada parte y eligió una de ellas, después la amaso como si estuviera haciendo pan. - Pero que buena soy explicando - Humedecio con una esponja el torno al igual que sus manos y con un poco de brusquedad coloco la masa en el torno mientras giraba y empezó a darle forma.

Se lo veía tan concentrado en lo que hacia, no sonreía pero parecía estar haciendo algo a lo que le tenía mucha confianza, su espacio seguro.

-Mierda. - mascullo Zack de repente.

-¿Ocurre algo? - me apresure a preguntar.

-¿Puedes hacerme un favor? - pronuncio sin dejar lo que hacia.

-Si, claro. Dime.

-Átame el cabello.

Oh, claro. El cabello de Zack está tan largo que al inclinar su cabeza hacia abajo, los mechones de su cabello le impedían ver bien.

-Claro. - me acerque lentamente. Nunca había tocado el cabello de Zack, ni de lejos.

Quite la liga que llevaba siempre en mi muñeca - aunque nunca la use -, titubee un poco al recoger los mechones de delante en su rostro. Me puse de puntillas para poder alcanzarlo sin que el tuviera que moverse y dañar su trabajo. Pero al ver que no alcanzaba del todo, este se inclino un poco, logré recoger sus mechas de enfrente y las ate hacia tras en una media cola.
Me aleje con delicadeza y volví a mi posición.

-Gracias.

Al volver a mi puesto, me percate que pequeñas mechas se escaparon y se posaban sobre su frente, no eran lo suficientemente grandes como para estorbarle, así que no había problema.

ENTRE LA VIDA Y ELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora