ENTRE LA VIDA Y EL

El monstruo del armario

Por que al final, no había ningún monstruo en el armario,

solo era yo, escondiéndome en el armario, de un monstruo....

-Bexs F.

- Cinco minutos, Asher. Te doy solo cinco minutos para que me digas que haces aquí.

Mamá como siempre que ha venido Asher, desaparece. Trata desesperadamente darnos tiempo a solas, siempre le agrado la idea de vernos juntos. Siempre incito este acercamiento que ahora era más que imposible.

- ¿Por qué no te sientas? No tienes porque estar a la defensiva, créeme.

Su aspecto lucia desaliñado y se lo notaba cansado, inclusive el tono de su voz raspaba en la tristeza.

- Eso lo decido yo, habla rápido. - dije firmemente, aparentando mi celular en el pulo derecho. En caso de cualquier cosa estaba preparada para llamar por ayuda.

Me miro unos instantes antes de soltar un suspiro resignado y dejarse caer sobre el sillón.

- Entiendo, pero créeme, solo vine para ayudarte.

Eso me desconcertó un poco - ¿Ayudarme? ¿Acaso has olvidado lo que hiciste? ¿Acaso.....

- Lo sé, - me interrumpió en seco - Tengo muy presente lo que hice y aunque te dijera que me arrepiento .... Tú, bueno, no me creerás.

Se comportaba raro, Asher era el tipo de chico prepotente que siempre estaba con la cabeza arriba, irradiando aires de suficiencia, sin titubeos o pausas a la hora hablar. Ahora mismo se encontraba con la cabeza agachada, mirando al suelo mientras hablaba, jugueteando con sus manos, como si algo le inquietara.

Aun así, no podía bajar la guardia, mi cuerpo en automático ya le temía.

- Si estas consciente de eso, ¿Qué se supone que haces aquí?

Se quedo en silencio unos instantes, finalmente se levantó y me dio la cara. Sus ojos estaban enrojecidos. - Lo lamento, lo digo enserio.

Retrocedí un paso - ¿Se supone que te crea? ¿Qué lamentas? ¿lo de hace un año? ¿lo de hace unos meses? ¿! Qué¡?

- Todo, Tasha. ¡LAMENTO TODO!

- Pues no te creo, no acepto tus disculpas y si viniste solo para eso. Ya vete. - hice ademán de dirigirlo a la salida.

- No vine solo por eso, - camino unos pasos hacia mí, los mismos que yo retrocedí - Escúchame, prometo que después de eso me iré.

Estaba cruzada de brazos al otro extremo de la sala, a una distancia considerable que aun así no me parecía la suficiente,

- Dilo entonces, rápido.

Rasco su cabeza tratando de saber por donde empezar.

- Es sobre tu padre. - me tense al instante - Él planea volver con ustedes.

- ¿Qué?

Eso fue lo único que pude pronunciar en un pequeño hilo de voz. Era imposible, no podía ser, claro que no. Eso no.

Todo menos eso...

Mi pecho empezó a subir y bajar con rapidez. Mi pobre corazón bombeaba de prisa, tratando de adaptarse a la cantidad de aire que recibían mis pulmones con cada inspiración nerviosa.

- Estas bromeando, ¿verdad? - pronuncie finalmente con un timbre burlón. - Quieres asustarme o algo así, ¿Tan desesperado estás?

- Tasha, lo que digo es cierto. - trato de acercarse.