"Lo único que me duele de morir, es que no sea de amor"
Gabriel Garcia Marquez.
Cuando eres niño, no sabes más de lo que ves, no conoces más de lo que se te enseña, buscas o anhelas algo desconocido e imposible.
Cuando creces, anhelas la inocencia de un niño, deseas no entender muchas cosas. Anhelas volver a jugar en el lodo sin preocuparte por cuantas bacterias hay, llorar para que mamá nos resuelva los problemas, sonreír de verdad.
Irónico ¿no?
De niños, llorábamos para recibir atención.
De adolecentes, nos escondemos en un baño a llorar y fingimos una sonrisa cuando alguien se acerca.Llorar con libertad era un privilegio…… Ojalá mi yo de cinco años lo supiera.
No tienes porque seguir en ese circulo vicioso, por miedo a la soledad. Si sigues la carretera verás más paisaje de lo que te muestran en un círculo.
Ojalá mi yo de primaria lo supiera.
No tengas miedo a ser raro para esta sociedad. Eso te hará inolvidable ante cualquiera.
Ojalá y quien lo necesite lo lea.
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-¿Empezaste, Natasha?
-….
-¡Respóndeme! – demandó autoritaria.
-No. — hable mirando al suelo.
-¿¡Entonces, que significa eso de que dejaste la música!? ¿¡eh!?
-No se de que hablas. – Negué metiendo mis manos en los bolsillos de mi buso.
-¿¡Ah no!? ¿Vas a mentirle en la cara a tu madre?
Relamí mi labio inferior con nerviosismo.
Ya estábamos así un buen rato, al parecer mamá llamó al colegio para preguntar como iban mis calificaciones – De nuevo – y se entero que nunca estuve en clases de música.
Cosa que OBVIAMENTE había dicho que así era.
-¿Cómo te enteraste? – pregunte en un hilo de voz a punto de quebrarse.
-Eres una decepción.
Alce mi mirada al instante, atónita y dolida.
-Me da vergüenza, tener una hija mentirosa. – pronuncio tajante.
Sentí algo romperse dentro de mi y mis lágrimas no se molestarnos en pedir permiso al invadir mi rostro.
-M-mami, Perdóname. – supliqué con la voz entrecortada.
Su mirada se mostraba firme y sin rastro de remordimiento.
-La música fue lo único que se te dio bien desde pequeña, tu padre y yo sabíamos que no sobresaldrías en nada más y aun así, hasta en eso….. logras decepcionarme.
Sentí mi respiración acelerarse y aunque ya había oído esas palabras antes, seguían doliendo.
-¿Mi padre?..... – murmure – me alegra no enorgullecerlo.
-¿Qué dijiste? – se acerco más a mi, indignada.
-No, y-yo…. Nada, mami.
No me sentiría mejor peleando contra ella, es mi madre y siempre lo seria, odiarla no era una opción.
-Eso creí, más te vale que no hables de tu padre de esa forma, aun más sabiendo que eres la culpable de que no esté conmigo.
Asentí limpiando mis lágrimas con el borde de mi temblorosa mano.
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ENTRE LA VIDA Y EL
Teen FictionNatasha esta por cursar su ultimo año de colegio, no tiene grandes espectativas sobre su presente ni lo que este le pueda ofrecer, cuando cierto chico aparece en su vida, una vida con un pasado triste y traumático que llevan en común. ¿Qué ocurre...