Capítulo XII: UN AMIGO DE LA INFANCIA

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"Las heridas que no se ven son las más profundas". William Shakespeare









‐ Asher, te estoy hablando.

-Si, si. Te estoy escuchando.

Ya habían pasado unos días de la llegada de Asher. De más estaba decir que las cosas con Zack estaban un poco raras.

Siendo honesta, no lo he visto mucho desde que llegó Asher, ni a Cori, ni a Natty, ni a nadie.

Me gustaba cuando Asher me visitaba, pero ahora no lo estaba disfrutando tanto, empezando por el hecho de su primera aparición (el beso) y terminando por la gran cantidad de tiempo que consume estar con el, que prácticamente es siempre.

-Si es así, respóndeme. ¿Por qué dijiste que era tu novia?

-¿Acaso no es así? - respondió con su sonrisa más cínica.

-Sabes que no, no quiero que se confundan.

-¿Se confundan quienes? Cori y Nathaly ya me conocen y respecto a los demás.... - le dio un mordisco al sándwich en su mano - mejor, para que ya vallan sabiendo que no pueden intentar nada, tu eres mía.

Suspire resignada, odiaba la forma en la que se expresaba, pero sabia que no quería referirse a eso específicamente. Le importo y lo dice porque me quiere.

Asher y yo nos encontrábamos en mi habitación, cuando mamá se entero de su visita, se alegro mucho. Si, lo quería y pareciera que más que a mi.

Asher fue mi mejor amigo de la infancia, nuestros padres eran buenos amigos , su padre trabajaba con el mío. Siempre estaba en mi casa o yo en la suya. También fue mi único amigo en la primaria, prácticamente lo único que tenía.

-¿Qué se supone que haremos hoy? - bufo aburrido, sentándose a mi lado en la cama.

-Bueno.... Las clases se suspendieron por una fumigación, supongo que tengo todo el día libre.

-En ese caso, - me tomo de las manos - ¿qué tal si te hago una propuesta?

-¿Una propuesta? - pregunte incómoda por su acto.

Que raro.

Asher y yo siempre hemos sido así, nuestra relación siempre fue así. Algo más que amistad pero nunca noviazgo. Era normal el que me tomara de las manos, pero ya no lo sentía así.

Tal vez se debe a que casi ni nos vemos, desde que me mude a este pueblo hace dos años nos hemos distanciado mucho.

‐ ¿Qué tal si tu señorita, regresas conmigo y te unes a mi banda?

-¿Ah? - arrugue mi entrecejo - ¿banda?

-Mira, bebé. - como detesto que me diga así - ahora estoy en un gran proyecto, una discográfica quiere grabar conmigo y mi banda, pero necesito una corista....

-¿Y pensaste en mi?

-Por supuesto que si, esta seria una gran oportunidad para ti. Además no eres nada mala para el canto.

Me quedé atónita, separe bruscamente mis manos de las suyas. ¿Cómo podía...?

-¿Es una maldita broma? - musite entre dientes.

-¿El qué? - cuestionó confundido.

-¿Una gran oportunidad para mi? Sabes que detesto cantar. No lo haré.

-Tasha, por favor. ¿Puedes superar tus traumas infantiles? Eres muy buena como cantante para que dejes de hacerlo. Es más, ¿dónde está tu guitarra?

ENTRE LA VIDA Y ELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora