Capitulo 11

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Kevin nos miraba con bastante confusión pues la tres estábamos pálidas y aguantando la respiración.

— ¿A quién se llevaron al monasterio?— Preguntó la hermana Tabitha, asustada— No me digas que a la mujer guapa.

— ¿Qué mujer guapa?— El chico frunció el ceño.

— A la amiga de Toni.

— Oh, no no...— Rió divertido— Hablo de la bruja que estaba robando niños. Es una anciana que vive en el bosque que hay detrás de las colinas.

Di un gran suspiro de alivio, Betty Y Tabitha también lo hicieron. Cheryl no se encontraba en problemas, pero de todas maneras me preocupaba que estuviera sola en algún lugar.

— Ya lo había olvidado— Se regañó mi hermana— Ayer le informé al padre Hiram de ese vegestorio.

— Mi gran pregunta es ¿Por qué tendrían que llevarse a la amiga de Toni al monasterio?— Cruzó sus brazos.

— Oh, por nada— Tabitha sonrió para calmarlo y evitar que comenzara a sospechar.

— Necesito ir a buscarla— Dije de pronto.

— ¿A la bruja?— Kevin se asustó.

— No, a Cheryl— Me puse de pie con gran agilidad y tomé mi ballesta y un bolso para guardar algunas cosas.

— ¿Y sabes hacia dónde fue?— Cuestionó Betty— Porque Veronica no tiene ni la menor idea.

Al escuchar eso me detuve de golpe, si ella no sabía donde se encontraba, nadie me podría ayudar, a menos de que buscara a Britta o quizás a... Lana.

(...)

Tres días después....

Cheryl:

— Dicen que sus ojos te atrapan y te envuelven como un manto, que dan ganas de decirle ay amor te quiero tanto— Canté mientras llevaba la cantimplora con vino hasta mis labios.

La mañana estaba bastante fresca y el camino se encontraba totalmente vacío, además el paisaje era muy agradable para descansar un poco, al igual que para detenerse a echar una lloradita.

Llevaba quince días de viaje, de seguro el pobre Alberto tenía las patas tullidas de tanto andar, y estaba más que claro que yo tenía tullido el trasero. Necesitaba dormir un poco, también tenía que buscar agua para ya no seguir bebiendo vino y claramente también necesitaba cosas para comer, pero si me detenía en alguno de los pueblitos me iba a tomar aún más tiempo llegar a mi destino y no quería eso.

— ¿Que hago?— Pregunté al aire.

Mis ojos debían de estar rojos por tanto llorar, pues a pesar de que había intentado mantenerme fuerte, las palabras de Toni se repetían una y otra vez en mi cabeza.

— La extraño, Alberto— Le hablé al burro— Hace tiempo no sentía aquellas cosas por alguien, justo como me lo prometí... pero llegó ella. Era... era tan tonta para algunas cosas, y tan buena para otras— Sonreí mientras mordía mi labio inferior y un par de lágrimas se hacían presentes.

El burro siguió avanzando como si nada pues lo que sucedía a su alrededor le importaba un pepino, de esa manera pasó el día. El camino poco a poco se fue volviendo un poco más ancho hasta que de pronto, y gracias a la diosa, pude ver una pequeña choza en uno de los terrenos.

Rápidamente tomé las riendas y guié a Alberto hasta ella, desde cerca era mucho más bonita ya que se encontraba adornada con flores en la parte delantera. Junto a éstas había un montón de leña y un hombre se encontraba cortandola, al verme se detuvo de inmediato y esperó a que llegara hasta él.

Temptation || ChoniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora