Amelia mira al erizo herido en el suelo, su cuerpo tiembla, sus ojos sueltan lagrimas al pensar que está muerto. La única persona que la ha tratado bien, la que le ha dado el cariño que siempre ha deseado he implorado al cielo; un ser extraño, pero fascinante, ser a quien quiere más que nada en este mundo y no desea perder.
Se acerca a paso lento. Se sienta a su lado tocando su rostro con su cuerpo temblando a causa del miedo de sentirlo frío, acaricia su rostro y con toda la fuerza que su frágil cuerpo posee lo llama. El dolor de su pecho se intensifica mientras más lo llama, pero todo se esfuma en su mente cuando ve como sus hermosos y extraños ojos escarlata se abren para ella.
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Amelia mira algo en sus manos, es cuadrado, pero no es un libro. Posee descripción de diversos sitios, pueblos, ciudades muy lejanas a esta o eso es lo que puedo leer. Amelia desea irse, desea estar conmigo. Yo también quiero estar con ella. Siempre con ella, desde que la encontré se ha vuelto algo importante para mí, quiero estar con ella, pensar en que pueden apartarnos me enfurece.
El que lo intente morirá.
La radio sigue sonando. Amelia le gusta el sonido que emite y debo admitir que hay algunos que me llegan a agradar, no molestan mis orejas. Mi cuerpo a veces se mueve con el sonido.
—noticia de última hora— aparece una voz quitando el sonido agradable —el GUN ha comenzado con el operativo para la captura del experimento, se insinúa que han encontrado rastro del él. A todos los que habitan el lado sur de la ciudad, advertimos que desalojen el área, ante los acontecimientos de hace dos días puede ser peligroso, repetimos, desalojen el área, busquen refugio—
Gruño. Malditos sean, me han encontrado, debo escapar, debo alejarlos de Amelia.
Volteo a verla. Ella ya no está a mi lado. Muevo las orejas y sigo el sonido que proviene de la otra habitación. Ella se mueve de un lado a otro. Recoge cosas, aguarda cosas, lo hace rápido. Escucho su respiración acelerada. También escucho su corazón.
—Amelia?— ella no voltea a verme, sigue guardando algunas cosas, no son muchas.
Termina y lo cierra, se lo coloca en la espalda.
—tengo listo lo que necesito, podemos irnos—
—irnos?— ella toma el mismo papel que poseía en sus manos hace poco y me lo muestra, señalando una parte.
—ellos pueden hacerte daño, debemos irnos aquí—
Leo. Green Hills. Es un lugar alejado, lleno de naturaleza, un pueblo, un lugar seguro.
Amelia quiere que la lleve. No. Ella no puede venir. Ella debe estar a salvo en este lugar. Pero no estará a salvo si sigue conmigo. No quiero dejarla. Debo dejarla. Soy un peligro. No. Soy su protector. Debo seguir a su lado para protegerla. Debo irme de su lado para protegerla.
Gruño. Sujeto mi cabeza. Estoy confundido. No quiero, pero debo hacerlo. Debo alejar a todos de ella. Ella debe estar a salvo. Ella debe estar lejos de mí. Me buscan a mí. No puedo estar con ella a menos que los mate a todos.
Muevo mis orejas en alerta, escucho diversos sonidos viniendo del exterior. Grandes máquinas avanzan. Escucho pasos. Escucho el sonido de esos aparatos en el cielo.
Han llegado.
Gruño, deseo ir y matarlos a todos, su sangre, me llama. Mis garras y colmillos salen a la luz. Acabaré con su existencia. Dejaré pintada las calles con su sangre.
Pienso en ir. Me preparo para salir. Su mano me detiene tomando la mía. La observo. Sus ojos me miran. Me calman. Su mirada es la misma cuando desperté herido. Niega. No quiere que vaya a buscarlos.
No. Amelia es primero, Amelia debe estar protegida, Amelia no quiere que mate otra vez. Debo irme con Amelia. Ella quiere estar conmigo, yo quiero estar con ella. Voy a protegerla.
No la tocarán.
Agarro su mano también. Miro su rostro tomar ese tono rojizo, me gusta ese tono rojizo.
—te protegeré— ella sonríe con mis palabras. Me encanta que sonría.
Suelto su mano. Sostengo su cuerpo en mis brazos. Ella se tiñe más en carmín. Salgo por la parte de atrás rompiendo la pared con mi pierna. Salimos al exterior.
—experimento!! Te tenemos rodeado— muevo mis orejas. Conozco esa voz.
Ojos neón.
Subo sobre el edificio al lado de la casa de Amelia. Logro verlo sobre un vehículo. Maldito ojos neón. Gruño mostrando mis colmillos, pero ignoro mis instintos de atacar. Amelia me ayuda a calmarme con su calor.
Escucho su corazón acelerado. Siento su respiración sobre mi pelaje. Ella está asustada. Se aferra a mí con fuerza.
—ríndete!— escucho —y deja a la chica en paz—
—no me dejes— oigo de ella. Su voz es suave. Pero es su voz. Escucho su voz. Me gusta su voz.
Respiro. Mis pulmones se llenan de aire frío. Miro a mi alrededor. Muchas personas. Muchos aparatos. Puedo matarlos, destruirlos a todos, ver su miedo y su sangre, pero no es mi prioridad.
—agárrate fuerte— le indico a Amelia. Asiente abrazándome más.
Comienzo a correr a dirección contraria y salto al otro edificio. Los aparatos voladores... los helicópteros me siguen de cerca. Los carros también nos siguen. Comienza a escucharse mucho estruendo por su presencia.
Debo perderlos. Debo dejarlos atrás. Corro y salto entre edificios, entre casas, aumento la velocidad. Debo buscar un lugar para que no nos encuentren.
Polvo y pequeños trozos comienzan a aparecer junto a sonidos fuertes. Esos malditos aparatos nos están disparando. Gruño y los maldigo. Esquivo. Recibo otras. El dolor es molesto.
—shadow— escucho su voz. La escondo en mi pecho.
Continúo escapando. Bajo cuando ya no quedan edificios para seguir por las alturas. Caemos al suelo. La gente sale corriendo al vernos y por los disparos. Sigo corriendo. Me detengo al sentir algo. Un aroma. Sangre. Su sangre.
Han herido a Amelia.
La observo. Su rostro demuestra dolor. Sus ojos sueltan esas gruesas gotas de agua. Tiembla por el dolor. Su pierna tiene sangre. Su sangre. Miro los helicópteros. Esquivo las balas que disparan. Tomo un carro de la calle y se lo lanzo. Me alejo cuando se distraen. Nos escondemos en un callejón.
—shadow... no me... dejes— su voz tiembla también
—no lo haré— la coloco en el suelo, escondida de la vista de los demás. Su sangre sigue saliendo. Uso la tela que llevo puesta para detenerlo.
Mi cuerpo se siente caliente. Mi pecho retumba. Mi cuerpo desea sangre. Lo pagarán caro. Los mataré a todos. Nadie toca a Amelia.
Me aparto de ella. —no... sha...dow— toma mi mano. Relajo mi respiración un momento. El olor de su sangre me recuerda su herida.
La suelto. —regresaré pronto—
Salgo del callejón. Los miro. Tomo lo primero que encuentro y se lo lanzo a uno de esas cosas. Un vehículo. Impacta contra uno de ellos. El otro también recibe daños. Explotan creando un gran sonido. Cristales y metales caen de los edificios cercanos. Escucho gritos cerca de nosotros. Escucho gente asustada. Puedo sentir su miedo. Su sangre. Sus latidos. Su respiración.
Pagarán caro. Pagarán por dañar a Amelia. Los mataré a todos.
Te mataré ojos neón.
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Protector - shadamy
FanfictionEn la oscuridad me oculto, para que no veas lo que soy, sin embargo detrás de ti me mantengo, cuidando tu sonrisa. No me temas, no me odies, que daño no te haré, mi deseo es protegerte y amarte aunque no sea correspondido.