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Miro arriba por una luz tenue que entra. Hay un cuadrado. Pequeño. Con un cristal. Le permite a la luz entrar. Miro la forma de subir. Uso las paredes. Llego al pequeño cuadrado. Miro a través. Veo un manto oscuro lleno de luces y una en especial es grande. A la lejanía veo más luces. No puedo divisar bien.

Muevo mis orejas. Escucho pasos. Desciendo. Miro hacia adentro a través de otro cristal. Aparecen de nuevo. Sujetos de telas blancas y lentes..

—comencemos con las pruebas de resistencia al dolor— escucho a uno. Es viejo.

Un sonido llama mi atención. Volteo a las paredes. Aparecen unas armas. Sueltan un gas. Trato de no respirarlo. No puedo estar de pie. Todo da vueltas muy rápido. Caigo al suelo perdiendo el conocimiento.

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Llegamos a casa. El cielo está oscuro. Yo sigo Amelia de regreso a casa. Todos los días la sigo desde que estoy con ella. Ella sale todos los días. Va al edificio grande con muchas personas nuevamente. También va otra casa a realizar un trabajo. Ella trabaja duro. Ella me está enseñando la vida normal. Y para vivir en una vida normal hay que trabajar y estudiar. Estudiar le da conocimiento. Entonces yo estudio con ella. Al trabajar le dan dinero. El dinero sirve para comprar cosas. Cosas como comida y cosas útiles que se usan. Como las cosas de su casa.

Entramos. Amelia camina frente a mí. Amelia se ve agotada. Trabajar la dejó agotada.

Camino detrás. Un crujido me alerta. La tomo de su cintura. La oculto detrás de mí en la oscuridad.

—tenemos compañía— susurro para que se calme. Ella lo hace. Nos movemos lentamente hasta llegar detrás del sillón. La oculto allí. Ella debe estar a salvo. Yo la pondré a salvo.

—no está— escucho no muy lejos.

—debe estar, el jefe está furioso sin su pago por el maldito de ese idiota de Rose, su hija es la única que puede saldar esa deuda— ¿jefe? ¿Pago?

Quieren a Amelia como pago.

Ellos no la tendrán nunca.

Miro oculto. Son tres tipos. No muy lejos de nuestra ubicación. Gruño internamente. Nadie toca a Amelia. Yo soy su protector.

—quédate aquí— le susurro a ella. Me quito los guantes. Me preparo para atacar y ver la sangre correr.

Aparezco frente a ellos. Corto la garganta de uno con mis garras.

—¿qué demonios?— dirigen la luz hacía mí

Sacan sus armas. Esquivo los disparos. Corto sus brazos con mis garras. Mato al segundo atravesando su abdomen.

El tercero huye. Gritando. Con miedo. sonrío. Lo atrapo antes que llegue a la puerta, me coloco sobre él.

—por favor, no me hagas daño— tiembla ante mí. Sus ojos se cristalizan. Miedo. Hermoso miedo. Me encanta verlo asustado. Me encanta escuchar como su cuerpo grita piedad. 

Clavo mis garras en su cuello. No profundo. El tiembla. Toma mi mano. Quiere detenerme.

—por favor, solo sigo ordenes—

—quien?—

—el... es el jefe de un grupo criminal— suelto un poco mi agarre –se llama Frederick—

—donde lo encuentro?—

—en... en el bar Fire Night. Por favor, déjame vivir, tengo esposa y tres niños— de sus ojos salen unas gotas cristalinas

Protector - shadamyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora