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Escucho unos sonidos extraños cerca de mí, están lejos, se acercan poco a poco. Son... pitidos, pitidos bastante agudos a un ritmo lento. Los reconozco. Un aparto para controlar mis pulsaciones. Escucho como mi corazón y el pitido están coordinados.

Todo está oscuro, no puedo observar nada. ¿Dónde estoy? ¿Por qué no puedo moverme?

Lucho por moverme ¿estoy atado? ¿me han retenido? ¿Qué ha pasado?

Escucho los pitidos aumentar de velocidad. Sigo tratando de moverme, lo logro, siento que lo logro. Trato de ver, pero sigue oscuro. No, tengo los ojos cerrados.

Sigo luchando por moverme y abrir mis ojos, aprieto mis dientes y logro abrir mis ojos. La luz no me deja ver bien al principio. Poco a poco mi vista se estabiliza.

Observo todo mi alrededor, respiro profundo poniendo atención a los aromas, muevo mis orejas para detectar los sonidos cercanos. Siento el aroma del alcohol, cloro, desinfectantes, químicos. Escucho pasos de diversas personas, tosidos, estornudos, quejas de dolor y de martirio, llantos, alegrías, gritos de otras personas.

Las paredes son celestes, hay una gran ventana frente de mí, puedo observar algunas aves pasar.

Es un lugar extraño. No me gusta, se parece al laboratorio, aunque no estoy esposado. Me encuentro en algo suave y blanco. Una cama o algo parecido. También veo varios aparatos, el que controla mis signos vitales, el que me suministra un líquido a mi muñeca.

Lo reviso un poco más aclarando un poco más mi mente, es un hospital, por lo menos eso creo al escuchar tantas personas decir enfermera y doctor.

Trato de levantarme, pero algo no me deja, es molesto, es... doloroso. Bajo mi mirada a mi abdomen, tengo una venda por toda el área, también en mi brazo y mis piernas.

¿Qué fue lo que sucedió? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué tengo vendas? ¿estoy herido? ¿es posible? ¿no debían ser sanadas rápidamente? ¿Por qué me han curado entonces? ¿Cómo es que aún tengo dolor? Nadie ha logrado herirme tan grabe, solo los militares, pero solo debí dormir un poco para recuperarme, como la vez que conseguí el dinero para Amelia.

Amelia...

¿Dónde está amelia?

Logro sentarme en la camilla a pesar de la molestia. Amelia, ¿Dónde está amelia?

—ngh— un dolor aparece en mi cabeza. Es molesto, es fuerte.

Veo imágenes, una cosas negra, sangre, fuego, destrucción y... Amelia.

Ella...

—no... no...—

Agarro mi pecho tratando de detener lo que está dañándome, pero no puedo, me duele, me cuesta respirar. Mis ojos comienzan a arderme soltando pequeñas gotas de sal que caen en la sabana. Mi corazón duele, mi pecho duele, todo me duele.

—Amelia... tu no... no puedes— Ella no puede estar muerta.

No puede estar muerta. Ella se quedaría conmigo. Ella estaría conmigo por mucho tiempo.

Agacho mi cuerpo haciendo presión en mi pecho, quiero parar esto, quiero detener este dolor. Me quema. Me ahoga. Duele.

Amelia me duele. Por favor. Por favor detenlo Amelia.

—amelia— sale de mis labios con dificultad.

Ella debe estar cerca, yo sé que no se ha ido, no pudo irse. Ella sabe curar esto, ella, ella detendrá esto. Ella me hace sentir bien.

Debo buscarla. Debo ir con ella. Sé que ella no me dejaría. Ella me dijo que no me dejaría.

Esa imagen, esa imagen es mentira. Ella no está muerta. No lo está. No lo está.

Protector - shadamyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora