Protector - shadamy

7

—papá por favor, detente!!— llora una pequeña eriza rosa mientras un erizo del mismo color, pero mayor golpea a una eriza de un color rojo brillante.

—callate!— golpea también a la pequeña haciendo que se lastime contra el suelo

La pequeña se pone a llorar haciéndose bolita mientras la golpeada era ella, mientras la otra hembra de la familia se encontraba desmayada en el suelo, totalmente herida y llena de marcas en su espalda y piernas.

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No sé cuánto tiempo ha pasado. Sigo entre sus brazos recibiendo sus caricias. Miramos la caja... la televisión. Ella dice que es una película. Imágenes en movimiento capturados por una cámara. Cuenta una historia para entretenernos.

No le prestó atención. Solo miro a Amelia. Sintiendo sus manos cálidas pasar por mi cabeza.

—amelia— susurro

Ella me mira y yo a ella. Sus ojos brillantes de color verdoso conectan con los míos. Son atrayentes. Atrapantes. Hiptonizantes. Como alguna especie de control mental. No dejo de verlos.

Acerco mi mano a su rostro. Yo también quiero acariciarla. Acaricio su mejilla con mis garras sin lastimarla. Su cara cambia de color nuevamente. Toma mi mano. Me gusta su mano. Es suave. Es cálida.

Atraigo su mano a mí. La miro. Es más pequeña que la mía. Es suave. Y tiene rasguños. Quemaduras. Heridas. No tiene garras largas. Las suyas son cortas y frágiles.

Muevo mis orejas. Detecto un sonido. Un sonido nuevo. Dejo de inspeccionar su mano. Me levanto buscando el origen de ese sonido. Recorro mi vista por todo el lugar. No veo nada.

El sonido aparece de nuevo. Ubico su procedencia. Viene del estómago de Amelia. Observo esa área sin entender.

El sonido de los labios de Amelia también aparece. La miro. Ella solo sonríe. Su rostro se pinta de rojo. Desvía la mirada de mí. Es una expresión rara. Diferente. No comprendo su significado.

—lo siento, tengo hambre— escribe

Se aparta de mí. Va hacia la otra habitación. La cocina.

La sigo. Ella busca algo detrás de pequeñas puertas, pero están vacíos.

Suspira bajando las orejas. Cierra todo y camina a otro lado. Busca algo entre otras pequeñas puertas hasta sacar algo de color café pequeño y cuadrado. Abre este y saca unos cuadrados de color verde.

Sonríe al ver este. Es feliz con eso verde. Me mira. Hace una señal con la mano para que la siga. Obedezco.

Entramos a donde está la cama. Busca dentro de otra puerta. Saca de allí una caja. Me la entrega. La abro. Encuentro unos objetos blancos con negro y rojo.

—son zapatos, son para que te los pongas, también te daré ropa—

—por qué?—

—ya lo sabrás—

Miro los objetos. No entiendo nada. Pero obedezco. Me los coloco. Ella me dice como hacerlo. Se siente incómodo. 

Me pasa otras cosas. Telas de diversas formas. Ropa para mí.

Me las coloco con sus indicaciones. Se siente raro.

Toma mis manos y me coloca unas telas blancas en ellas. Ocultan mis garras. Abro y cierro mis manos. La sensación es suave.