—A la mierda —susurró con la voz ronca. Sus dedos se enredaron en mi cabello y me atrajo hacía ella con desesperación.
Sus labios eran suaves y tenían un ligero sabor a coco. No supe dejar mis manos quietas, quería tocarla en todas partes. Realmente quería conocer cada parte de ella.
Jade retrocedió conmigo unos pocos pasos en los que aproveché para llevarla a la cama. Muy poco pensé en lo que estaba haciendo. Cada toque de su parte era eléctrico y mi parte consciente dijo adiós.
Su peso cayó sobre el colchón y me reí cuando en un intento por subirme junto a ella, casi me parto la madre.
Sonriendo, Jade me ayudó a colocarme a horcajadas sobre ella, y mi corazón dio un vuelco cuando alternó la mirada entre mis ojos y mis labios con deseo.
—No puedes imaginar las ganas que tengo de besarte. —dijo, mordiendo su labio inferior.
Tuve el ligero pensamiento de que Jade me gustaba más de lo que quería admitir.
—¿Por qué no lo haces de nuevo?
Mi corazón martillaba con violencia en mi pecho y mi respiración estaba agitada.
—No eres mi tipo.
Ay, hija de la fruta.
Perdiendo todo mi orgullo de golpe, la volví a besar. Una y otra vez, esperando algún tipo de reacción negativa de parte de ella. No llegó.
Al contrario, sus manos recorrieron mis piernas y caderas. Sus movimientos empezaron a ser más torpes, más apasionados y ví la clara intención de quitarme la ropa, y entonces, corté el beso, buscando alterarla..
—Pensé que no era tu tipo —Me burlé.
—Ven aquí —Me tomó nuevamente de la nuca para besarme una vez más, pero alejé el rostro.
—Oblígame —dije. El brillo en sus ojos me persuadía para seguir su orden, sin embargo, luché contra mi propio juicio.
Sus manos subieron por mis pechos, acariciando los mismos por debajo de mi camiseta, y yo no pude evitar jadear en su boca.
—Yo pensaba que nunca te enrollarías con alguien como yo —me siguió el juego—. Te quiero.
Reí con nervios y volví a unir nuestros labios.
Enrosqué mis brazos alrededor de su cuello intentando desesperadamente tenerla más cerca porque no era suficiente.
No se sentía suficiente.
Jade recorrió con la yema de sus dedos todo mi vientre hasta llegar a la apertura de mis pantalones. Nunca había visto a alguien verse tan bien debajo de mí.
Tal vez es porque nunca habías hecho nada. Me respondo internamente, y si hubiese sabido que se sentiría tan bien, hace rato que hubiese arrastrado a Jade a mi habitación.
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No hay un final feliz para cenicienta
Romance¿Qué harías si tuvieses que fingir un noviazgo con la persona que más odias en el mundo para salvar tu reputación? ψ "Alex se ve obligada a fingir un noviazgo con su peor enemiga, una influencer que resulta ser demasiado encantadora, mientras que l...