Conquistando a Marcos©

Capítulo 2: Por arte de las desgracias.

Tras días de recordarle a mis padres a diario, también una conversación, intento de que me dejen ir con una excusa convincente, un permiso y discurso de mi mamá después... Héctor y yo íbamos camino a casa de Lu en el auto de Héctor.

Él me había dejado poner mi música en la radio, así que 18 de 5SOS comenzó a sonar y recordé que tras mi pequeño accidente del otro día no le respondí al chico de Twitter.

Así que rápidamente busqué mi teléfono y le escribí.

"Es una pregunta muy difícil de responder, no me puedo decidir por una, ¿y la tuya?"

Esta vez el no respondió al instante, me imaginé que estaba ocupado, así que guardé mi teléfono y quince minutos después llegamos a la casa de Lu.

Si es que a eso se podía llamar casa.

¿Saben en las películas? ¿Cuando vas a casa de un mafioso y en la entrada hay una reja gigante con el nombre de la familia grabado casi en oro y miles de vigilantes te piden tus datos? Pues aquí había una "W" de color dorado bastante grande plasmada en la reja y había un hombre bastante robusto casi vestido de espía, quien pidió que bajaramos el vidrio.

- ¿La mamá de Lu se casó con un mafioso? - Preguntó Héctor confundido y luego bajó el vidrio.

Yo reí levemente.

- Buenos días, ¿a quién solicitan ver? - Preguntó el hombre.

- Venimos a ver a Lu.

El hombre pareció vernos como si le parecía una especie de broma.

- Lucía Ferreira.- Dije nerviosa.

- Un segundo por favor.

El hombre se acercó a su caseta y pareció mantener una llamada con alguien.

- ¿Sus nombres por favor? - Dijo con la misma seriedad pero amablemente.

- Héctor y Mariví.- dijo el rubio.

Segundos después nos dió una sonrisa.

- Adelante, los esperan adentro. - Dijo tocando un botón y aquella reja se abrió.

Después de darnos algunas indicaciones y tomar nuestros datos personales estuvimos conduciendo unos pocos minutos y pudimos ver que habían grandes jardines, que parecían dignos de un castillo y me pregunté por qué mi amiga no me dijo que vivía en una mansión.

Llegamos a la entrada y Lu nos esperaba ahí.

Nos sonrió y nos avisó que podíamos estacionar frente a la casa, en un pequeño estacionamiento que había al lado del gran jardín y nos bajamos del auto.

- ¡Que bueno que llegaron! Bienvenidos - Sonrió Lu y nos dió un abrazo a ambos. - Vengan, la Nonna hizo galletas.

Después de hacer algunas bromas sobre su nueva casa, entramos al salón que daba la bienvenida a su hogar, era bastante amplio y elegante, el aire acondicionado estaba encendido y el lugar era bastante iluminado, había una pequeña mesa en el centro, con un hermoso ramo de rosas rosadas sobre él, también habían dos grandes escaleras, una de cada lado, que imagino conducían a las habitaciones de cada uno de los integrantes de la familia, sin contar que se veía que la casa tenía muchas más cosas tras de ese salón y lo confirmamos cuando nos hizo cruzar aquel y dirigirnos hacia un pasillo desde el que se veía todo el patio trasero, en el que se apreciaba una gran piscina y una vista de ensueño, cruzando aquel pasillo, hacia la derecha se veía un gran salón un poco vacío también y pude divisar desde allí que había un hermoso piano en todo el medio de aquella. Lu nos llevó hacia la izquierda del pasillo en la que estaba la sala de estar y la cocina, donde nos esperaban una señora un poco mayor pero muy hermosa y un joven muy guapo también, de ojos color verde y cabellos dorados, piel medio bronceada y una sonrisa muy linda, tenía un aspecto bastante dulce y unos lentes un poco grandes posaban sobre su rostro haciéndolo ver bastante intelectual... Pero igual, no era mi tipo, el galán regalado si.