Extra: Azulados.

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Lu

Tomar decisiones importantes siempre será un arma de doble filo.

¿A qué universidad irás? ¿Qué carrera elegirás? ¿Tomarse un año para viajar por el mundo? ¿Trabajar?

Pero también, hay decisiones importantes que debes tomar en un segundo. Decisiones que se disfrazan de casualidades y que por más que consideres que elegir será solo simplemente soltar un "si" y eso no debería generar algún efecto colateral, terminan siendo decisiones cruciales, con las cuales una vez tomadas, ya no hay vuelta atrás.

Y eso pasó justo cuando decidí subir al coche de Poe.

- Reese ¿Vendrás a ver la pelicula? - Preguntó Harry con la misma impenetrable fachada oscura de siempre.

Él se encogió de hombros - Claro.

- ¿Tú, Bonita? - Me miró esta vez.

Había compartido con Harry un par de veces desde que llegué acá. Las suficientes como para saber que todas las chicas caían como gelatina a sus pies, que era un genio de las matemáticas y literatura, que a la única persona en el mundo que verdaderamente amaba era a su hermana, Lenna... Y que en definitiva era el mayor imbécil que había conocido en la vida.

Desde entonces Harry no ha hecho más que intentar que yo sea parte de su colección de gelatinas, a la que no deseaba pertenecer, digamos que yo era más de ser la cereza del pastel.

Y a pesar de que hubiese querido ir a ver esa película, no le daría el gusto de llamarme Bonita.

Negué con la cabeza y lo miré con la misma indiferencia.

- Al parecer tengo guardaespaldas hoy. - Me encogí de hombros.

Y esa escena se repetía una y otra vez en mi cabeza mientras Poe se detenía en el segundo semáforo de la vía.

¿Quién se creía Harry Montgomery como para pretender que le preste atención de la noche a la mañana?

Ni que él fuese...

- ¿Cuánto falta para llegar a casa? - Corté mis propios pensamientos con esa pregunta, intentando distraerme del dolor que me causaba pensar en eso.

Poe me miró y suspiró mientras echaba hacia atrás su cabello platino, esperando que el semáforo cambiara a verde.

- No lo sé, unos ¿20 minutos? Así que ponte cómoda.

Una lluvia un tanto fuerte se avecinaba, lo supe cuando el primer trueno sonó un poco cerca, mientras las gotas de agua comenzaban a caer sobre el vidrio del coche de Poe.

- Desventajas de vivir en una mansión en el rincón más recóndito de la ciudad. - Suspiré y eché el asiento hacia atrás mientras cerraba mis ojos intentando dormir.

- Lu, ¿Estás bien? Estás muy rara desde ese día en el que llegaste llorando a tu casa.

Abrí un solo ojo para mirarlo rápidamente. Poe me miraba preocupado, intentando buscar en alguna parte de mi rostro la respuesta a su pregunta.

Volví a cerrar mis ojos y relamí mis labios antes de hablar, sintiendo como la ansiedad se apoderaba de mí:

- Estoy lo mejor que se puede estar.

Conquistando a Marcos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora