Conquistando a Marcos©

Capítulo 5: Otras Historias.

Aitana.

Despertarme por la mañana nunca había sido un problema para mí.

Por la fiesta de anoche no había podido dormir nada, pero sin embargo me sentía realmente preparada para comenzar mi día. Aunque al mirar por la ventana noté que seguía siendo de madrugada...

Abrí los ojos y lo ví, no pude evitar sonreír ante lo guapo que se veía.

"Te amo" susurré con suavidad mientras acariciaba su mejilla.

Marcos siempre dormía como bebé recién nacido, nada le despertaba, así que después de unos segundos mirándolo, me zafé de su abrazo y me levanté para ir a tomar una ducha al ver que no conciliaba el sueño.

Eran muy pocas las veces que esto sucedía, no acostumbraba quedarme en la casa de Marcos ya que no era algo que me hiciera sentir muy cómoda, no estaba en mis planes vivir metida en la casa de mi novio, me daba un poco de vergüenza el molestar de más, y más bien, me encantaba pasar tiempo con mamá en casa. Aunque sabía que todo esto era solo reflejo de mi crianza y que no está mal que otras personas lo hagan.

Sin embargo, habían ocasiones en las que debía pasar la noche en casa de Marcos si se hacía muy tarde para volver a casa, así que había traído unas cuantas cosas para que estuvieran aquí en caso de emergencia.

Terminé de ducharme y salí para encender mi teléfono y desearle a mi mamá los buenos días, para que estuvieran ahí cuando ella despertara.

Luego me acerqué al clóset de Marcos y lo abrí para comenzar a buscar una de las camisas que el me dejó para usarla como pijama.

Dejé que mi cabello secara naturalmente y me miré al espejo, sonreí ligeramente al verme y sentirme bonita y al mirar mi rostro sin maquillaje y al natural, al mirar mis ojos... Recordé esos momentos en los que era una niña y suspiré cerrando mis ojos, ¿Ella estaría orgullosa de mí? Marcos entró al baño interrumpiendo mis pensamientos con una sonrisa, caminaba adormilado y sonreí cuando a través del espejo miré como me tomó por la cintura y me plantaba un pequeño beso en la mejilla, me volteé y le di un pico en los labios.

- Que hermosa estás mi princesa. - Sonrió.

Y el rosado no tardó en aparecer en mis mejillas.

Estaba enamoradísima de este hombre.

- Gra-gracias - Le sonreí de vuelta - Tu también - Admití, llevaba puestos solamente sus pantalones de pijama y en serio me encantaba mirarlo y estar con él recién despierto.

- Vuelve a la cama... - Pidió casi como si le pesara que me hubiese ido mientras dejaba pequeños besitos en mi cuello.

Reí y tomé sus mejillas en mis manos y le di un besito en los labios - Está bien, volvamos a la cama.

Ya de vuelta, Marcos se sentó en ella y palmeó dos veces para que me tirara a su lado, cosa que hice y luego me abrazó. Tomé mi teléfono y vi unos cuantos mensajes de mamá, al parecer ella tampoco podía dormir.

"Buenos días mi amor, ¿Qué haces despierta tan tarde? Te pasaré buscando a la escuela para ir a terapia mi niña, te amo"

Sonreí ante su bonito mensaje.

Ir a terapia últimamente era parte de mi rutina semanal.

Y no es nada de lo que alguien pueda pensar al verme por primera vez, porque incluso cuando mencionaba que asistía a terapia, la gente hacía suposiciones erróneas de la razón.

No tengo depresión, tampoco ningún trastorno alimenticio, no soy anoréxica, ni tengo bulimia o alguna otra enfermedad parecida...

Pero tenía una hermana que si.