One Shots- Aidan y sus personajes

Aidan (2)

Sobre: Cinco.
Advertencias: segunda parte del capítulo en dónde Aidan descubre que tiene un hijo con t/n, alguien me pidió segunda parte, así que aquí está.
Disfruten... <3
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-Narrador omnisciente.-

T/n fué a buscar a Alex a la escuela, el pequeño salió en fila con sus compañeros, cuando vió a t/n, saludó alegremente a su maestra diciéndole adiós, y fué corriendo hacia su madre.

—¡Hola! ¿Cómo te fué, cariño?— Preguntó su madre con interés, mientras recibía el abrazo de su hijo.

—¡Muy bien!— Dijo él, separándose de ella y tomando su mano para caminar a casa.— Me gané una estrellita dorada.

—¿En serio? Eso es genial, ¿Luego me la enseñas en casa?

Alex asintió y siguieron caminando, él hacía que sus manos se balancearan mientras caminaban hasta llegar a casa.

T/n abrió la puerta del departamento, obviamente Aidan ya no estaba, ella tenía que trabajar y él me dijo que volvería en la noche para que ambos pudieran explicarle todo a Alex. El pequeño dejó su mochila a un lado de la puerta, en el perchero que solía estar siempre, al lado de su abrigo y caminó hasta estar al lado de su madre.

—Mami.— Dijo Alex para llamar la atención de t/n.

—¿Si?— Preguntó ella.

—El hombre que estaba aquí... ¿Es mi papá?

T/n paró en seco, y volteó a ver a su hijo, quién le dió una sonrisa al darse cuenta que estaba en lo cierto por la reacción de su madre.

—¿Cómo lo.. Sabes?—Preguntó ella con la mayor de las confusiones.

Alex corrió a la habitación de su madre, y buscó en el cajón de la mesilla de noche, dónde sacó una foto en la que estaban Aidan y t/n juntos, era de los días en los que estaban juntos, se los veía felices.

Alex le entregó la foto a su mamá, y le señaló a Aidan.

—Es él. Mi papá, ¿No es así?— Buscaba una confirmación, quería saber si sus sospechas eran ciertas.

Ella asintió.— Si, él es tu padre, el mismo que estuvo aquí hoy.—

Ella suspiró y sentó a su hijo en una silla del comedor, ella se sentó a su lado viéndolo.

—Va a venir esta noche, queríamos decírtelo juntos.— El niño se limitó a asentir.— Él no sabía que tú existías, hasta hoy, y tiene muchas ganas de conocerte.

Alex sonrió ampliamente.—¿En serio?

—Así es, muy, muy emocionado de estar contigo.

—¿Le gustan los autos?— Preguntó curioso, quería enseñarle su colección de coches de juguete.

T/n soltó una risita.— No lo sé, ¿Por qué no le preguntas cuando venga?

Alex asintió contento, ya que tenía la oportunidad, iba a llenar de preguntas a su padre. Era un niño curioso y jamás lo había ocultado.

(...)

—¿Llego tarde?— Preguntó Aidan apenas abrieron la puerta.

—No para la cena, pero Alex ya lo sabe.— Dijo t/n, haciéndose a un lado para que Aidan pueda pasar.— Está jugando en su habitación ahora.

—¿Cómo que ya lo sabe? Dijiste que íbamos a contarle juntos.

—Lo siento, pero vió una foto que tenía guardada de nosotros y te reconoció.

Aidan sonrió.—¿Tienes guardadas fotos nuestras?

—Si, ¿Por qué no las tendría?

Él se encogió de hombros.— No lo sé, quizás las habías quemado todas o algo.

—Oye, no soy una bruja, además, son bonitas fotos.

—Esta bien, ahora toma.— Le extendió el ramo de flores que traía detrás de su espalda.

—¿En serio?— Preguntó ella.— Aidan, no hace falta que..

—Vamos.— La interrumpió.— No puedes decirle que no a las margaritas, yo lo sé.

Ella le dió una pequeña sonrisa y tomó las flores para ponerlas en agua.

—Tengo un problema.— Dijo él, en tono de preocupación.

—¿Que Ocurre?— Ella se dió la vuelta para mirarlo.

—No sé cómo acercarme a él, es decir, ¿Que se supone que le diga?

—Es un niño, presta atención a lo que él te dice y ganarás su confianza en un minuto, les gusta que los escuchen.

—Tú si lo conoces, eres su madre, yo apenas soy un extraño para él.

—Ey, Aidy.— Ella tomó sus mejillas, haciendo que la vea.— Sabes cómo hacerlo, también es tu hijo. Y siendo sincera tiene mucho de ti, no sólo en lo físico.. Se llevarán bien. Te querrá mucho, estoy segura.

Él le sonrió, por el apodo que hace tanto no escuchaba de su parte, y por las palabras que le había dicho, esto era muy importante para él, y realmente estaba nervioso, quizás un poco más cuando vió a Alex entrando a saltitos en su campo de visión, para ponerse timidamente detrás de su madre.

—Hola Alex.— Dijo Aidan sonriéndole al niño y poniéndose a su altura.—

—Hola.— Dijo él con una pequeña sonrisa en sus labios, luego volteó a ver a su madre quién lo ánimo a dar un paso adelante.—¿Te gustan.. los autos?

—Emm.. Si, claro.— Contestó, y al instante Alex tomó su mano para llevarlo a la sala dónde estaban sus autos de juguete en el suelo.

Le enseñó uno por uno todos los autos que tenía a mano, mientras jugaba con ellos e insistía para que Aidan también lo hiciera.

—¿Cuándo supiste que eras mi papá?— Preguntó Alex de pronto.

Las preguntas de su hijo lo tomaban por sorpresa siempre, y aunque no siempre sabía cómo responder, lo hacía de todas formas.

—Apenas.. Esta mañana.— Contestó.

—Yo también me enteré hoy.— Dijo, rodando uno de sus autos por el suelo.

—¿Cuándo es tu cumpleaños?— Le preguntó Aidan, sin quererlo había iniciado una sesión de preguntas, que por parte del niño podría no terminar jamás.

—Siete de septiembre, ¿El tuyo?—

—El diesiocho de septiembre.—

Alex asintió, tratando de que esa información que le parecía importante no se le escapara.—¿Vas a vivir aquí?

Aidan negó con la cabeza.—No, tengo mi casa, al otro lado de la ciudad.—Explicó.— Pero puedo venir a visitarte siempre que quieras que lo haga.

Alex sonrió ampliamente.—Si quiero.

Una vez más, ambos se sonrieron mutuamente.—Bien, así será.— Le dijo Aidan.

—¿Puedo.. decirte papá? Los niños de mi escuela lo hacen con sus padres...— Preguntó, ahora jugando con sus manitos.

—Si, por favor hazlo.

Alex sin más abrazó a Aidan, y este le correspondió de inmediato. Aidan le agradeció a t/n con la mirada, quién se había volteado a verlos tras la última pregunta de Alex, por qué se sentía afortunado de tener esta oportunidad con su hijo, jamás pensó que algo así podría pasarle, mucho menos de un día para el otro, pero todo al final salió tan bien, que ambos sentían que el tiempo en el que Aidan no estaba jamás había pasado. Ahora él estaba, y jamás planeaba irse.