One Shots- Aidan y sus personajes

Cinco.

Sobre: Cinco.
Advertencias: Ninguna.
Disfruten...<3
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-Narrador omnisciente.-

La casa de los Hargreeves siempre era todo un espectáculo. Al parecer tener a ocho niños de dieciséis años, siete de ellos con súper poderes, era toda una tarea de tiempo completo.

Súper poderes... ¿Sería tan bueno como sonaba?

Para la octava de familia, t/n, su poder, más que eso, era una maldición para los que la rodeaban, pero sobre todo, era una tortura para ella misma.

Una vez cada dos años, de un instante al otro, su poder seleccionaba una persona de su círculo cercano, y borraba todos los recuerdos que esa persona tuviera con ella.

A los diez años, su padre se olvidó de ella, fué muy difícil hacer que vuelva a retomar su memoria, pero lo logró gracias a sus apuntes sobre ella.

A los doce, fué Diego quién se olvidó de su hermana y la trató como una desconocida por mucho tiempo, hasta que se convenció y tomó su confianza poco a poco nuevamente.

A los catorce, Klaus se olvidó de su hermana y ella se sintió devastada, por meses no tuvo con quién compartir sus mejores momentos y él se angustiaba por la chica que decía ser su hermana y vivía en su casa junto a él, hasta que formaron nuevos lazos.

Ahora, con dieciséis años, ella se encuentra caminando escaleras arriba hacia el cuarto de su novio, Número Cinco, quién le había dicho que la ayudaría a entrenar para la prueba física que su padre le tomaría.

La puerta de la habitacion del chico se encontraba abierta, así que ella entró sin más con una sonrisa.

—¿Nos vamos? Realmente necesito que me ayudes.— Habló la chica de pie en medio de la habitación de él.

—¿Ayudarte en qué?— Preguntó Cinco viéndola confundido.

—Para la prueba física de papá, vamos cariño es...

—¿Cariño?— La interrumpió él.—¿Por qué me llamas así?

—Por qué eres mi novio..— Respondió ella de forma obvia.

—¿Yo?¿Tu novio?

Ella lo entendió todo en ese momento.

No podía ser real, no parecía ser real para ella. ¿Por qué ahora?¿Por qué él?¿Por qué sólo el poder de ella parecía ser contraproducente? ¿Por qué la lastimaba a si misma de esa forma?

—No, Cinco.. Por favor, por favor tú no puedes olvidarme...— Sollozó.— Por favor recuerda...

—Lo siento, yo no sé quién eres o.. Que haces aquí.— Explicó número Cinco con calma, sin saber por qué la extraña frente a él había comenzado a llorar.

—Soy yo, soy t/n.. Tu novia, ¿No me recuerdas? Me río de ti, te hago enojar y te desespero a veces, pero tú me quieres de todas formas. Por favor.. Eres todo lo que quiero en esta vida..— Ella se acercó y se apoyó en el pecho del chico, Cinco, sin saber que hacer la dejó mientras continuaba hablando.— Amo lo inteligente, lo gruñón y lo egocéntrico que eres, por favor no me olvides..— Sollozó una vez más.

—Nunca te dejaría.— Murmuró él.

Ella se apartó para verlo, aún con sus manos sobre los hombros de él y lo vió confundida.

Él lo supo, ella no mentía. Podía notar que lo conocía, quizás mejor de lo que se conocía a si mismo, y aunque le extrañara la idea de que ella pudiera quererlo, le creyó.

—Tal vez no sé quién eres, pero... Yo te creo.— Pronunció él, y esas palabras realmente calmaron a t/n.

Ella lo abrazó una vez más, fuerte, extrañándolo y buscando fuerzas para todo lo que se venía. Sabía que no podía hacerlo recordar el pasado por mucho que lo intentase, pero estaba dispuesta a crear un nuevo futuro junto a él.

Él recibió su abrazo, aún sorprendido por qué alguien lo quisiera de esa forma, tan sincera, tan fuerte, tan verdadera y con tanto cariño hacia él. Era cierto, no sabía quién era ella, pero una corazonada dentro de él lo hizo creer y confiar en ella, y estaba seguro de su decisión. Más seguro que nunca, y sabía que lo que estaba sintiendo, sin saber cómo expresarlo realmente, era por qué la conocía, sin saber de dónde ni de cuando, él quería saber quién era ella, lo intriga a y lo asustaba en partes igual, pero estaba en sus planes descubrirlo.