Síndrome Fa.

Dia 2. 5:00 pm a 12:00 am.

-Muy bien.

Aún seguía con mis manos sudorosas y apretando fuerte mi pantalón con ellas. No podía creer aún que pasaba, nada era claro, pero de ninguna manera iba a ser claro, ¿Cómo procesas algo como esto?

Nuevamente el policía entró a el despacho, estaba vez su rostro lucía algo de logro, eso me trajo algo de curiosidad. El policía quién me entrevistaba también se veía curiosos. El segundo policía me ordenó salir del despeño y de inmediato me levanté del asiento. Cuando estaba apunto de salir, apunto de quedar limpia de muchas cosas, si lo hubiera sabido en ese momento me hubiera ido. ¿A quién engaño? Si no hubiera notado las fotos en las manos de el segundo policía esta historia no fuera contada.

-He visto a esa joven, -Pensé en voz alta- y la otra también.

Los policías me miraron. -Señorita Orozco, quiero que se siente frente a la puerta y no se mueva de ahí.

En ese momento sí salí en silencio. Esperé unos minutos leves y luego el segundo policía sacó la cabeza por la puerta, me dijo que entrara devuelta y eso hice.

Las dos fotos de las dos jóvenes sobre la mesa, sonrientes jovencitas me recordaban a mi hace unos años. Tome asiento y miré las fotos fijo, recordaba algo.

-Así que viste a estas chicas.

-Sí.

El primer policía tomó asiento para preguntarme con más comodidad. -¿Cuándo las viste?

-Vi a la rubia junto al hombre de la lista, en la entrada. La morena... La morena la vi en el público.

-Bien... La rubia es Samantha Jason, la chica que apreció disparada en la zona de atrás. Lo morena es Kylie Queen, es la chica secuestrada.

-Creí que sólo a las 48 horas se aseguraba que era un secuestro.

-Tenemos pruebas de que es un secuestro.

Me mantuve en silencio en ese momento, era lo mejor. Hablar cuando no nos corresponde nos puede traer un gran problema.

-¿Recuerdas algo más de las dos?

-mmm... -Miré el techo- La rubia sólo la vi en la entrada y no vi toda su cara, la vi de costado. -De repente una imagen llegó a mis recuerdos- Pero con la morena sí tengo algo, vi mucho a su dirección, y había una persona detrás de ella que según su forma física parecía un hombre adulto.

-¿Vio su rostro?

-No.

-¿De que color vestía?

-Negro.

-Es él.

Fruncí el ceño, no entendía lo que sucedía. ¿Era quién?

-Puede irse señorita Orozco, pronto hablaremos con usted.

Me levanté y salí. Todos seguían muy pálidos, fue un gran impacto así que eso era algo lógico. Karen y Andrés se acercaron a mí y todos intentamos consolarnos entre sí.

Los policías salieron del despacho, el segundo policía se sentó en una mesa de la biblioteca y leyó reportes policiacos. Sentí una ansiedad increíble, moría de ganas por leer lo que él leía. Nos ordenaron volver al hotel y no salir de la ciudad hasta nuevo aviso. Mientras todos se organizaban yo e escurrí para ir rumbo a la biblioteca, caminé unos silenciosos pasos e inmediatamente fui notada por el oficial.

-¿Qué hace usted aquí?

-Sólo... -Miré hacia los papeles, pude leer antiguos secuestros de 2 niñas fue hecho en lugares con muchas personas (en medio de actividades) y asesinadas en otras actividades semejantes días después.

El oficial apartó más hojas. -Se puede retirar, fuera.

-Creo que puedo ayudar.

-Puede salir.

Entendía lo que me decía, así que di media vuelta, pero antes de salir dije algo más que colocó una soga en mi cuello. -Quién las secuestra está asociado con las actividades que los jóvenes realizan, es un pedófilo, pero además de todo tiene un tipo.

-Todas son diferentes, -El policía miró hacia los lados y continuo hablando- hay una rubia, una morena, una afroamericana y una rusa-americana, ¿Cuál es su tipo además de las niñas?

-Las inteligentes.

El oficial me miró algo confuso.

-¿No lo notó? El primer secuestro en la biblioteca central en una conferencia, la segunda en una olimpiada de matemáticas estatales, la tercera en una feria literaria y la cuarta, bueno, ya sabe.

-Nunca lo había notado.

-Todas son listas. -El oficial miró los papeles con algo de esperanza, pensé en la pregunta que formaba en mi cabeza- ¿Por qué aseguraron que Kylie esta secuestrada?

-Ella estaba al teléfono cuando la secuestraron, hizo un video para Snapchat; en el video se ve a ella sonriendo y luego se le ve como una alguien la toma bruscamente y ella grita. Eso nos da una pista.

-Veo.

-Ah y señorita Orozco.

-¿Sí?

-Hay algo extraño, él no las viola, más golpea y luego las mata.

-¿Un psicópata que mata niñas por diversión?

-Eso parece. -Un silencio grueso se formó en el ambiente- Puede retirarse.

Finalmente me retiré, pensando en lo que sabía. Fuimos al hotel, nadie dijo nada. Cenamos y subimos a nuestras habitaciones. Nadie hizo un juego, un chiste, algún juego de palabras absurdo, nada de cariñitos, ni noches en vela. Recosté mi cuerpo sobre la cama, y mi cara estaba boca arriba, no podía conseguir el sueño.

Estaba caminado otra vez en el pasillo del salón de eventos de la biblioteca, pero esta vez estaba sola. El lugar tenía un aire espeso y pesado, caminé como lo hice este día. -La chica de pelo colorido- el mismo hombre de hoy se escuchó detrás de mí y de veía algo borroso, pero alguien más estaba ahí, alguien que se veía claro, Samantha, la chica que fue asesinada hoy. Pero esta vez no la vi de perfil, ella me estaba mirando de una manera extraña. Caminé hacia atrás y choqué contra un cuerpo, me gire y ahí estaba la chica, Kylie, mírame de la misma manera. Intente alejarme de ellas, así que me subí al escenario, me sentía más a salvo. Pero de repente alguien me halo fuertemente hacia atrás. Grité, luché y desperté.

Mi pecho subía y bajaba al compás de mi respiración, si tan sólo mi respiración hubieras sido normal. El sueño me asustó y sólo había dormido 15 minutos, me sentía engañada. Caminé en mis pijamas hacia la puerta de mi habitación y la abrí. Pensé que nadie más estaría despierto y menos pensé que alguien saldría al mismo tiempo que yo. De los argentinos; Mica y Sebastián estaban de pie y ambos en la puerta.

-¿Planean fugarse o algo así? -Pregunté.

-No. -Susurraron.

-¿Planearon esto?

-No.

-Sólo no pueden dormir.

Sebastián salió por completo y negó con la cabeza, Mica salió y yo hice igual.

-Vamos a ver la ciudad. -Propuso Sebastián.

-No es mala idea. -Declaré.