Capítulo 24

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Boom

Boom

Boom

Mi cabeza va a explotar con ese sonido machacón. ¿Qué es?

Boom

Boom

¡Joder! De verdad la cabeza me retumba cada vez que suena lo que quiera que sea que está sonando. Abro los ojos y los cierro de nuevo porque una luz cegadora hace que la cabeza me explote y los ojos me ardan. Extiendo mi mano en busca de Lola, pero el lado de la cama está vacío. Giro la cabeza, ¡Terrible error! Ese de girar la cabeza. Pareciese que el cuello se me fuese a partir. Abro uno de los ojos, si te soy sincero, no tengo claro cuál es el que abro y cuál el que no. Lo abro solo un poco y lo dejo así oteando qué hay a mi alrededor. Estoy en una cama eso seguro, vuelvo a tantear con la mano, pero estoy solo. Abro un poco más el ojo y veo el techo completamente blanco. Hay una lámpara de araña, pero muy muy moderna. No está encendida así que la luz es del sol. Abro poco a poco el otro ojo ¡Madre del amor hermoso! Mi cabeza. Levanto las manos y las llevo a mi cabeza, aprieto las sienes, el corazón me palpita muy intensamente en los laterales de la frente. Quiero morir. ¿Dónde estoy?

Boom

Boom

Boom

¿Qué? Muevo despacio la cabeza sujetándomela con las manos, si no lo hago creo que se va a desmontar del cuello. Sigo girando en dirección al sonido machacón, que está destrozando mis tímpanos ahora mismo. Me quedo fijamente mirando y viene de la mesilla. Algo vibra y una luz está encendida. El sonido deja de salir. ¡Piensa! ¡Joder! Debe ser ¿El teléfono? ¿Dónde está Lola cuando la necesito de verdad? Me suelto la cabeza y alargo la mano para coger el teléfono que sonaba. Lo miro, toco la pantalla y se ilumina. Me dice que son las 12 de la tarde, día 12 de marzo. Bien, la cabeza me da vueltas. El móvil empieza a vibrar de nuevo y una foto de Lola sonriendo aparece en la pantalla.

Boom

Boom

Quiero cogerlo, juro que quiero cogerlo, pero mis dedos parecen ir a la velocidad de una tortuga.

Boom

Boom

Lo consigo

— ¿Sí? — ¿Ese sí lo he dicho yo? No me parece mi voz. Estoy afónico y aunque quiero decir más, no me sale nada.

— ¿Javi? ¿¡POR QUÉ NO ME COGIAS EL TELÉFONO!? — Lola grita y tengo que separarme el teléfono de la oreja de nuevo ¡madre mía que pulmones! — ¿JAVI? — Os juro por lo más sagrado que quiero responder, pero mi cabeza ha eclosionado y se ha estrellado contra algo, que me impide decir nada. Eso y que solo con el sí, creía que se me desgarraba la garganta — ¡¿JAVI?!

— Lol... — Dios no puedo más — Lola.

De repente una mujer tremendamente sexi aparece frente a mí contoneando sus caderas, ¡menudas caderas! Se queda frente a la cama. La miro y está totalmente desnuda. Menuda diosa de ébano. Es una mujer de piel muy oscura, ojos intensamente negros y grandes. Pelo a lo afro sujeto con una diadema de tela de colores. Huele tremendamente bien y su piel tiene pinta de ser tremendamente suave. Pero... ¿Qué hace esta mujer desnuda en mi cama? El corazón está acelerándose, y aunque con una mujer así, lo lógico es que fuese porque me estoy poniendo cachondo, la verdad es que me estoy muriendo de miedo. ¿Qué coño pasó anoche?

— Hola Bombón — Parece cubana, guapísima oye.

— ¡¿QUIÉN ES ESA?! — Tengo que volver a separarme el teléfono de la oreja por los gritos de Lola. Pero su pregunta tiene su cosa. ¿Quién es esta mujer? Porque yo no tengo ni idea. La mujer se ríe, pero no me hace ni puta gracia.

Enséñame a volarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora