Capítulo Cuatro

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Jimin estaba al borde de un ataque.

Lo habían ayudado? Si, esos policias o lo que fueran que eran habían salvado su trasero de ser baleado por unos matones, pero eso no significaba que estaban de su lado.

Habían buscado hasta su último documento por todo Corea, se habían metido a su apartamento en donde para su mala suerte tenía un par de pastillas y muchas botellas de alcohol, y para rematar al ver cosas ilegales tuvieron que hacer una profunda revisión, habían abierto de par a par sus almohadas y colchones, desarmado su cocina y hasta raspado su mesa de madera.

Por un momento su racionalidad le avisó que iría preso, pues claro... para qué lo tendrían libre? Era un delicuente a ojos de cualquier oficial de policia, pero al parecer no tanto para el jefe.

— No te encarcelaremos, Jimin. Necesitamos tenerte a salvo hasta que sepamos que hacer contigo, no queremos que esos hombres te torturen hasta sacarte todos esos números, no?.

Y era verdad, por una estupidez en su juventud había pasado sus últimos años convirtiendose en un adicto a las fiestas, memorizando un sin fin de números para un mafioso que lo había sacado de la calle y le había dado protección. Aunque por Hong no sintiera nada, ni siquiera cariño o remordimiento, tenía que reconocer que a pesar de ser un asqueroso criminal... no le había faltado nada, el hombre robusto lo había mimado hasta en lo más mínimo, había hecho de su vida lo que quería.

— Un agente especializado y experto en el combate de cuerpo a cuerpo se encargará de mantenerte a salvo mientras el señor Kim encuentra donde mandarte, a pesar de que es un sujeto de confianza... preferimos que los números en tus mentes permanezcan allí.

El rubio asintió y miró el lugar, estaban en una especie de edificio algo apartado del centro de Seúl, éste no era feo ni viejo, pero era oscuro y le perturbaba la idea de que por cada piso solo hubieran dos puertas, cuando la costumbre en Corea para un jóven adulto era vivir en una habitación de menos de cinco metros de ancho y largo.

— Necesito hablar con ese señor Kim — escupió Jimin tratando de llevar su maleta gris — Sacaron todo lo de mi departamento, no me devolvieron mi móvil y ya llevo una semana así.

No era por querer quejarse, estaba seguro de esos días eran los últimos en libertad para el, por lo que no se callaría en nada.

— Lo lamento señor Park, pero el jefe Kim no volverá hasta tener información, espere sentado.

Rodó los ojos y se adentraron por una puerta que los llevaría hacia el "nuevo" departamento.

Ya no le gustaba, éste era una especie de guarida, totalmente en tonos oscuros y sin ninguna decoración que lo hiciera ver divertido. El rubio observó a su alrededor y solo pudo rescatar que había un sillón amplio para tomarse sus siestas.

— El agente vendrá en unos minutos, es un hombre con poca paciencia, por lo tanto procure no hacerlo enojar — Jimin miró el traje del castaño frente suyo y pudo leer la placa, al parecer Kim seokjin era el informante de su nueva vida hasta que supieran que hacer con el.

— Y dónde dormiré?.

— Éste departamento será su lugar de descanso por el momento, solo hay una habitación por lo tanto ocupará esa, el agente dormirá en el departamento de en frente.

— Y desde esa distancia me cuidará? — alzó una ceja escuchando la risa de Seokjin.

— Cuando lo conozca agradecera de que lo haya hecho dormir lejos.

* * *

El agente Jeon suspiró mientras bajaba sus pertenencias.

Por obvias razones no cuidaría del chico en su departamento, había hablado con su jefe de que no estaba dispuesto a sacrificar sus pertenencias en caso que algo saliera mal.
Por suerte podía seguir trabajando desde donde fuera, ya que no habían misiones por el momento y solo debía rellenar papeleo acerca de las personas que había encarcelado, su licencia al día, su petición de armas, etc.

AGENT JK || KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora