Capítulo 23.

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Sollozó al sentir movimiento en las tinieblas, traía los ojos vendados y la incertidumbre que provoca el escuchar pero no ver lo estaba consumiendo. Resopló tratando de tranquilizarse un poco, aunque haya sido vano, porque un delicado roce en su rostro le sacó un grito ahogado, una risita satisfecha se dejó escuchar y no pudo más que echarse a llorar ahí dónde estaba, encogido y rezando por auxilio, por misericordia.

— Sh, sh, sh. Tranquilo, no hay nada que temer — aseguró la alegre voz de aquel que se movía entre las sombras, justo antes de acercarse a él de nueva cuenta y sin vacilar le quitó la venda de los ojos, la mordaza en su boca no la tocó, pero era un comienzo. Parpadeó rápidamente tratando de adaptarse a la iluminación y localizar a su captor, no tardó mucho, estaba a unos paso retocando una gigantesca corona, como las que colgaban en navidad, solo que ésta tenía un aspecto mucho menos pintoresco. Se componía de ramas y una extraña flor. Le dirigió una mirada de reojo que le heló la sangre y volvió su mirada al arregló mientras hablaba — El hambre aumenta la expectativa, y hace la degustación mucho más satisfactoria, no quiero lastimarte, aunque bien podrías ser una presa deliciosa. Eres muy bonito, tu piel es tersa y cuando lloras te ves bastante apetecible, pero lamentablemente no estabas en mi lista — explicó sin más. Tenía una voz agradable, masculina, clara y afable. No dudó que fuera un padre buscando a algún chico de la escuela cuando se lo dijo, nunca imaginó que camino al parqueadero lo atacaría y secuestraría — Como sea, eres una buena carnada y lo serás aún más cuando estés listo, serás la perfecta moneda de intercambio  — declaró emocionado, como si la idea le provocara infinita alegría. En reacción Danny soltó un sollozo ligeramente más sonoro tras verlo tomar un par de tijeras afilado y dirigirse hacia él con pasos lentos — Oh, pero no muerto, no, no, así no me sirves, te explico, eres mi Rhododendron, en la época victoriana arreglos florares con éste particular tipo de vegetación se usaban para codificar amenazas o advertencias de muerte... Peligro. Eso serás tú, crearás pánico, tratarán de esconder a mi presa, y en ese instante perderán — manifestó mientras usaba las tijeras para empezar a quitarle el traje que portaba — Pero tú, tú te salvarás a su costa, te lo prometo, sufrirás tu vida, sabiendo que tu vida le costó la suya y viviré de tu dolor y consciencia despedazada — garantizó con una sonrisa que lo hizo desear dejar de respirar.

 Eso serás tú, crearás pánico, tratarán de esconder a mi presa, y en ese instante perderán — manifestó mientras usaba las tijeras para empezar a quitarle el traje que portaba — Pero tú, tú te salvarás a su costa, te lo prometo, sufrirás tu vida, s...

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El hospital era un caos, los policías estaban siendo trasladados al instituto de Beacon para buscar rastros de Danny, se les exigió tanto a Stiles como a Jackson dar declaraciones formales metidos en su escondite que ya no les parecía tan seguro como antes. Era evidente, debían trasladarlos.

La comisaría empezó a movilizarse de inmediato, patrulla y agentes en los alrededores, se pusieron con el traslado en el momento. Stiles y Jackson ya estaban en la patrulla cuando una inquietante noticia se dejó oír por los pequeños parlantes.

Sheriff, necesitamos una ambulancia, encontramos al chico — anunció el agente, sonaba consternado y confundido — Cuelga de uno de los puentes que lindan la zona industrial. Encontramos una nota, asegura que no está muerto, solo intoxicado y hay una botella que supone ser una especie de antídoto, pero no estoy seguro. No se mueve y su cuerpo está muy quieto en una posición específica — describió.

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