Capítulo 24.

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Fue arrastrado. Literalmente, tomado por los hombros y arrastrado através de una ventana cuyos cristales yacían en filosos pequeños fragmentos aún adheridos a la ventana de la patrulla. Lo último que vió antes de perder la conciencia fue a Jackson tratando de aferrarlo de las manos en un desesperado intento por evitar perderlo. No funcionó.

Estaban en la patrulla, iban camino a la estación y todo estaba de maravilla, o al menos en lo que cabe cuando eres llevado en un auto totalmente en silencio rodeado por sujetos armados que no apartan la mirada de las ventanas y te miran con lastima como si supieran que en cualquier momento serías historia. Jamás lo admitirán en voz alto, pero el rubio y él estaban tan juntos como podían, aferrándose discretamente como dos niños aterrados, aguantando la necesidad de llorar por la angustia de no saber más de Danny, de si estaría muerto o no. Estaban tan asustados.

Eso tal vez explique el porque habían saltado en sus asientos cuando el auto se detuvo con cierta rudeza. El oficial al volante maldijo, el copiloto bufó y suspiró lastimeramente como si no estuviera en condiciones para afrontar el percance. Se asomaron temerosos, pero lo que vieron los alivio y escandalizó a partes iguales. Era un árbol.

Había un árbol tirado en mitad del camino.

Técnicamente no debería haber problema, era un simple árbol, no un animal muerto o un charco de sangre con partes humanas, pero era un contratiempo, y con todo lo que había pasado esa noche hubiera preferido llegar directo a la estación, miró a Jackson y supo que pensaba igual, casi sincronizados se agarraron bien de su cinturón y vieron a los oficiales con cara de animalito asustado. No pensaban moverse del sitio y los oficiales asintieron rodando los ojos, como si les pareciera ridículo que hubieran siquiera pensado que los dejarían salir. Los encerraron y aunque no era necesario les recordaron que no debían poner pie fuera del auto.

Se pusieron manos a la obra, no parecía tan pesado, y lo confirmaron cuando con relativa facilidad lograron levantarlo para moverlo ligeramente. No fue mucho el avance pero podían moverlo sin llamar a una grúa y eso ya era fantástico. Al menos Stiles logró soltar algo de tensión, se sorprendió al sentir algo de dolor en los brazos y piernas por haberse puesto tan denso. Se estiró un poco y entonces lo vió, un movimiento particular en la oscuridad, a un lado de de la carretera, algo se movía con lentitud, con saña, y sus ojos brillaban, como dos grandes lunas atrapadas en un ser de oscuridad.

El aire se le atascó en la garganta y se quedó inmóvil, como si el hecho de no moverse evitara que pudieran verlo o sentirlo, tomó a Jackson de la manga con fuerza, pero tan lentamente que su movimiento se sintió como el desliz de una serpiente. El rubio presintió que debía quedarse muy quieto, porque giró hacia el castaño tan quedo como pudo. Entonces él también lo vió, y el sudor frío empezó a acumularse en su cabello, mientras una pequeña gota ya resbalaba por el cuello de Stiles.
Quisieron alertar a los policías, decirles algo, pero fueron incapaces de moverse, a lo único que le atinaron fue a quedarse inmóviles y cerrar los ojos con fuerza cuando escucharon los gritos y los disparos. Un jadeo mezclado con un sollozo del puro terror se dejó escuchar, pero no supieron a quién le pertenecía, porque el sentir era el mismo y sus cuerpos no lograban contenerlo.

Entonces la calma se instaló, y callaron, incluso dejaron de respirar esperando no ser descubiertos. Lamentablemente la fortuna no estaba de su lado, a Stiles le parecía que nunca lo había estado y entonces le ventana se quebró en un violento estallido provocado por un cuerpo espectral. Gritaron, fuerte y descontrolado cuando un ser con forma difusa y un par de gigantescos cuernos que atravesó el cristal con una sonrisa retorcida tomó al joven de los hombros y tiró de él con violencia tal que incluso arrancó el cinturón que lo sujetaba del sitio. Jackson gritó y trató de aferrarlo, pero fue imposible. Lloriqueo en medio de un grito que llamaba por su nombre y entonces lo vió desaparecer en la espesura del bosque.

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