Capítulo 14

1.6K 174 43
                                    

El día siguiente fue mucho más fácil de sobrellevar, bueno en sentido figurado, ahora sabía que si dejaba la lámpara prendida toda la noche podía dormir y las pesadillas se limitaban a despertarlo una o dos veces nada más, y sin gritos. Aún estaba muy paranoico, asustadizo y todo sonido le parecía motivo de alerta. Los pasos de sus vecinos paseando o caminando hacia el trabajo, el crujir de las hojas secas, el chasquido de los autos contra el pavimento e incluso los murmullos de conversaciones ajenas en la calle.

Caminar hasta la preparatoria había sido una tortura, pero pudo haber sido peor así que siguió con su día como si nada. Sintió con claridad las miradas acosadoras de sus amigos durante todo el día, pero se las acreditó a la paranoia porque el boom de lo del auto ya había pasado, y nadie sabía que el cuerpo decapitado del bosque tenía relación con él.

Pero su mejor amigo al parecer tenía otro tipo de sospechas y su comportamiento cauteloso con respecto a "ese tema" no engañarían a Scott, no señor, él le sacaría a Stiles la verdad aunque tuviera que hacerlo con cuchara. Y con ese nuevo firme propósito observó a Stiles salir velozmente hacia el parqueadero y luego salir en dirección contraria a la de su casa. ¿Qué se traía entre manos ese imán de problemas?

— Llegas tarde — el humano dejó que una sonrisa se dibujara en sus labios en cuanto abrió la puerta del auto y escuchó la voz molesta del lobo que lucía su clásico ceño fruncido.

Fingió no haberlo escuchado, entró al auto con toda la paciencia del mundo y se dejó caer en su asiento como si de peso muerto se tratara, tomándose su tiempo antes de dirigir su mirada hacia Derek. Tal y como lo esperaba, el moreno parecía al borde de un colapso y sus ojos brillaban en un azul tan intenso que por un par de segundos lo dejó completamente hipnotizado, hasta que un buen gruñido lo sacó de su ensoñación.

— No te pongas agrio, tenía que buscar un par de libros en la biblioteca — se explicó con simpleza alzándose de hombros y regresando a su postura inicial mientras Derek echaba el auto a andar.

Tomó control del estéreo encimandose  sobre la palanca de cambios y empezó a buscar alguna emisora de su agrado. Cuando al fin pareció decidirse un frenazo lo regresó a su asiento de golpe.

— Maldita sea Derek — se quejó en cuanto sintió el impacto contra su espalda y cabeza. Miró a Derek con el ceño fruncido tratando de transmitirle todo su odio, lo que al parecer no estaba logrando.

— Ponte el cinturón —  se giró a verlo aún mas idignado al ver la sonrisa divertida del lobo quién disimuladamente sacaba su mano por la ventana mostrando el dedito de corazón hacia el conductor que casi choca contra su amado Camaro.

Bufando volvió a acomodarse en su asiento y se puso el cinturón, no porque Derek se lo hubiera pedido sino porque no quería salir volando por la ventana. Y hablando de la ventana acababa de reparar en que no proyectaba el mismo paisaje de siempre, la verdad ni se le parecía.

— Oye Derek, creo que tú lobocalizador está averiado, el bosque está del otro lado — señaló con toda la razón, no irían al cobertizo de nuevo, se lo había dicho por mensaje.

— Mi lobocalizador está en perfectas condiciones, no vamos hacia el bosque — respondió Derek inexpresivo como siempre, odiaba no saber lo que pasaba en aquella mente tan compleja.

— ¿A dónde me llevas lobo secuestrador? Porque dijiste que el cobertizo ya no es seguro y si no vamos al bosque creeré que quieres sacarme de la ciudad — a pesar de la voz divertida de Stiles, se sentía bastante intrigado y lo demostró de inmediato removiendose inquieto sobre su asiento mirando ansioso por la ventana.

— Ya lo verás — fue su única respuesta y dió por terminada la conversación.

El humano, ya acostumbrado al silencio de Derek, se dejó caer en su asiento relajado tarareando en voz baja sin ser ni mínimamente consciente de que era observado por unos enormes y expresivos ojos verdes. Un par de minutos después Stiles volvía a despotricar sin parar sobre diversos temas sin esperar respuesta, conformándose con las sonrisas efímeras que recibía de vez en tanto.

TrustDonde viven las historias. Descúbrelo ahora