STARBOY ✰

one | hey

—¡Hey por aquí Sunoo! —llamó Ni-ki desde el otro extremo de la cafetería.

—Agh, podrías al menos haberme dicho que donde nos reuniríamos quedaba a media hora del campus.

Sunoo tiró su bolso hacía el lado de la ventana y se sentó con desgano cruzando los brazos.

—Pensé que sabrías llegar solo, como todo adulto responsable que eres hyung. —respondió Ni-ki irónicamente, haciendo énfasis en la última palabra—. ¿Trajiste lo que te pedí?

—Si —Sunoo volvió a tomar su bolso y sacó de el dos perfectos rollos de hierba, o más bien marihuana—. Aquí tienes.

—Mierda Ddeonu, esta vez te pasaste con estos —alardeó haciéndole una detallada observación a los rollos—. ¿Donde los conseguiste?

—Digamos que conocí a un amigo que me vendió los gramos y el resto lo hice yo.

Sunoo pasó una de sus manos por su radiante y rubio cabello con orgullo, había sido un poco difícil el proceso al ser su primera vez, pero lo había logrado y al parecer le había salido muy bien.

—¿Estás bromeando? —cuestionó Ni-ki al oír lo dicho por el contrario y luego de ver algunas negaciones por parte de este abrió sus ojos con asombro—. Entonces tienes futuro vendiendo porros

Sunoo soltó una carcajada poniendo los ojos en blanco —¿No jodas ahora me ves cara de traficante Nishimura? Deja los vicios un rato, ya te están volviendo loco.

—¡Yaaahh! No me ofendas así, no soy un drogadicto Sunoo.

—¿Drogadicto? Hmm quizás no ¿Adicto a la marihuana y bastardo? Si.

—Nunca sabré que te hice para merecer este trato de tu parte —lloriqueó con dramatismo mientras le echaba el ojo a su celular.

—Hacerme caminar media hora y no presentarme a tu nuevo amigo.

Ni-ki despegó su vista del celular y miró a Sunoo con sorpresa y confusión.

—¿De qué hablas? —preguntó nervioso desviando la mirada hacia el mostrador.

—Sabes de qué hablo. —Sunoo pegó su mirada en Ni-ki y Ni-ki sintió cuchillas clavarse en su nuca.

—Oh no. No lo sé.

Sunoo suspiró con fuerza y le pegó a Ni-ki con el pie por debajo de la mesa, haciendo a este soltar un quejido.

—¡Bien bien, tranquila fiera! —exclamó—. Si, si estuve con el mismísimo y inalcanzable Lee Heeseung el otro día, bebimos, fumamos y bailamos, pero no nos hemos vuelto a juntar te lo juro. ¿Contento?

—Haré de cuentas que te creo.

—Sunoo, si hubiese estado saliendo frecuentemente con tu crush de la primaria hace rato que te hubiese invitado y acercado a él. —insistió.

—¿Aunque aún estuviera saliendo con Sunghoon? —Sunoo se preparó para buscar en los ojos de Ni-ki alguna pizca de mentira en lo próximo que diría, sin embargo, solo vió sinceridad de parte de su amigo.

—No tienes ni que preguntarlo, a pesar de lo que dicen para mi eres más lindo y además Park Sunghoon no me cae bien. —soltó formando un mini puchero que a su amigo le pareció tierno.

La verdad es que Sunoo sabía que lo decía solo porque era su mejor amigo. Y es que Park Sunghoon era un dios andante. Era hermoso, inteligente y audaz ¿Qué persona no querría estar con él?

Con mucha razón salía con Lee Heeseung, la persona más codiciada (Además del mismo Sunghoon) del instituto. Eran tal para cual, personas ricas con apariencia perfecta y la vida que cualquiera desearía. O eso pensaba Sunoo, quién se encontraba flechado del starboy de la institución Lixeth desde que estaba en quinto grado.