twelve | sunset

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—Bien, te veré ahí. —dijo finalizando la llamada.

Sunoo se excusó con ir a por corn dogs para darle privacidad a su llamada con quién parecía ser su padre, pero la verdad, le daba muchísima curiosidad el saber de que se trataba y se reprendía internamente por eso.

—¡Yiop! Aquí tienes —el rubio extendió un spicy corn dog justo como se imaginaba que le gustaría a Heeseung, quién efectivamente miró con ojos brillantes la salchicha con queso cubierta de masa frita y salsa picante.

—¿Me espiabas verdad?

Heeseung tomó el bocadillo con una gran sonrisa dibujada en su rostro, haciendo que las mejillas de Sunoo se calentaran por la pregunta que le había hecho.

—¿Qué?...

Los dedos largos golpearon su nariz burlándose de él y de su reacción, acompañados de un brazo que ahora se deslizaba por su hombro.

—Bromeaba, Sun —agregó entre risas—. ¿Quieres hacer otra cosa?

Sunoo mordió su labio inferior mirando por todo el lugar en busca de alguna otra cosa que quisiera atesorar de lo que parecía ser su primera cita con Heeseung.

Y claro que lo encontró, sus ojos brillaron como estrellas en el espacio y Heeseung no se perdió de ese detalle.

—Si que pareces un niño —río volviendo a tomar a Sunoo de la mano para guiarlo hasta las maquinitas con gran variedad de juguetes, aparatos y peluches, muy adorables peluches.

—¡Hyung es que mira! —se quejó con un puchero al señalar lo que parecía ser un peluche de bambi—. Se parece a ti, justo como tú

Sunoo observó como las orejas del pelirrojo se encendían de un tono similar al de su cabello y una carcajada asechó con escapar.

—¿En qué?... —preguntó con voz casi inaudible antes de ser empujado hasta la maquinita donde se encontraba el muñeco mal posicionado, se veía difícil de sacar.

Sunoo agregó dos monedas y comenzó a mover el gancho tratando de sostener con la garra al peluche, pero ni siquiera era tan bueno con los juegos o más bien no le interesaban tanto y falló.

Heeseung al ver los intentos fallidos del menor tomó su lugar y peinó su cabello hacía atrás. —Vamos por ese peluche Lee exitoso Heeseung —exclamó alentándose a sí mismo y haciendo reír a Sunoo.

Y luego de al menos diez intentos y treinta mil wones perdidos Sunoo caminaba con su bambi de peluche en los brazos.

—Espero que lo cuides bien, casi sudo el tinte de agua que llevo puesto —heeseung agradecía tener experiencia con los controles, aunque solo fue cuestión de suerte porque que esas máquinas tenían fama de ser ladronas.

—Claro que lo haré, cuidaré bien de hyung.

Sunoo amaba lo fácil que era poner nervioso a Heeseung, en poco tiempo había descubierto que las cosas cursis lo ponían tímido y que detrás de esa personalidad segura era un chico bastante sensible.

—Haz lo que quieras, veamos una película y comamos ramen de regreso ¿Está bien?

La sonrisa en Sunoo fue la afirmación necesaria para seguir su camino hasta el complejo y cumplir los planes recién hechos.

Le hacía realmente feliz el estar con Heeseung, cada día que pasaba sentía más curiosidad de saber sobre él, que cosas le gustaban o cuáles no lo hacían.

...

Heeseung no tenía tanto tiempo para pensar en Sunoo esa mañana, mucho menos estando frente a la oficina del CEO de ADVISORY, su progenitor.

STARBOY ✰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora