fifteen | little issues

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Para Heeseung la noche fue una montaña rusa de emociones, desde volver a correr hasta terminar viendo a Sunoo en brazos de otra persona.

Le había herido, odiaba lo que el pequeño teñido de rubio cenizo estaba haciendo con él. No era justo, el karma estaba cobrándole todas las veces que terminó rompiendo un corazón.

Ni siquiera entendía porque se había apresurado a decir que eran algo cuando Sunoo ni siquiera dió indicios de hacerle saber eso al otro chico. Estaba siendo patético y eso lo tenía de mal humor.

—¿Te rompieron el corazón, Heeseung-ssi?

Heeseung dejó de mirar lo lejos que quedaba el suelo del techo de la suite en donde estaban celebrando, girándose hasta apoyar su espalda en las barandillas del balcón.

—Te dije que no quería hablar contigo, Park.

El contrario río incrédulo.

—Ahora lo estás haciendo —dijo.

Heeseung rodó los ojos al ver a Sunghoon burlarse de él.

—¿Qué quieres? —interrogó.

Sunghoon suspiró apoyando sus brazos del cristal.

—El señor Lee fue hace unos días a visitar a papá, la cosa es que lo escuché decir que tenía planes de enviarte a Canadá, incluso dijo que probablemente lo haría al terminar el próximo semestre.

Heeseung escuchó atentamente lo que decía Sunghoon, sintiendo su estómago apretarse con cada palabra.

Estaba jodido.

—¿Dijo algo más?

Sunghoon asintió con tristeza.

—No quiere que vuelvas a Corea hasta que tengas que hacerte cargo de la empresa.

Heeseung miró hacia el horizonte sin decir una sola palabra, sabía que algo así podía pasar al momento de revelársele a su padre.

—Está bien. —habló después de minutos de silencio por su parte.

Sunghoon cubrió su cara con uno de sus brazos, tratando de ocultar lo afectado que estaba por la situación de quien solía ser su chico.

—No le hagas caso, no te vayas —susurró—. Necesito por lo menos verte y saber que sigues ahí, cerca, aunque ya no haya nada que nos una a los dos...

Sunghoon estaba siendo sincero, porque su dependencia emocional hacía el mayor era real y Heeseung no podía evitar eso.

—No puedo Hoonie —soltó en voz baja tocando el hombro del castaño—. Si me niego a hacer lo que él diga me quitará todo y con ello a mamá, no puedo perderla.

Su mamá era su tesoro, un tesoro enfermo y acabado que debía cuidar.

Y Sunghoon sabía eso, sabía lo débil que era Heeseung con la señora Lee, por lo que no podía ir en contra de eso, a pesar de encontrarse perdido.

Los pensamientos abundaron en la mente de los dos, envolviéndolos en un silencio que lo era todo, menos incómodo como lo solía ser antes de su ruptura.

—¡Heeseung hyung! —la voz de Ni-ki se escuchó desde atrás, interrumpiendo toda él aura melancólica que los rodeaba.

Lucia borracho, bastante borracho.

—¿Qué estuviste ligando? —preguntó Heeseung preocupado por el estado del menor, quien parecía que caería de golpe con cada paso que daba.

Ni-ki se balanceaba de lado a lado haciendo preocupar al pelirrojo, quien no dudó en acercarse a ayudarlo, hasta que terminó con el menor vomitando toda la porquería que había bebido y comido encima de él.

STARBOY ✰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora