Max Wastel (+18 ) [2]✔️

Prologo

12 años antes
Rylie

A los señores Wastel les pareció buena idea que yo llegara a su casa el día del cumpleaños de los gemelos, para que en todo el ambiente de fiesta les fuera mucho más sencillo aceptarme e incluirme, porque a partir de ahora viviría con ellos.

Llevaba un vestido de estampado floral, pequeños zapatos de muñequita y una diadema blanca en mi cabeza. Desde que había llegado me meti detrás de las piernas de mamá pues estaba muy nerviosa.

—Hola Rylie — se acercó Betany, poniendo sus manos en sus rodilllas— Que lindo está tu vestido ¿Lo escogiste tu?

Salí lentamente de las piernas de mamá y asentí sonriendo.

—Me gustan las flores— dije tímidamente

—A mi también— me dijo con una sonrisa

—¿Te acuerdas de mi pequeña? — preguntó la voz de un hombre

Al girarme vi a David de pie junto a Betany. Llevaba un traje azul oscuro y su cabello despeinado. Me escondí detrás de las piernas de mamá de nuevo, porque el era muy intimidante

—Señor Wastel— murmure recordándolo perfectamente

—Pará ti a partir de ahora soy David— me dijo sin acercarse y agradecí eso—¿Te parece?

Asentí muchas veces con la cabeza.

—¿Quieres conocer a los niños?

Mis ojos se iluminaron al escuchar esa palabra. Me gustaban los niños, eran mucho más sencillos que los adultos.

—Esta nerviosa— dijo mamá

—Lo mejor es que llames a Matt, cielo— dijo Betany.

David asintio con la cabeza y desapareció para volver unos segundos después con el nombrado niño tomado del brazo.

Mis ojos se abrieron de par en par cuando vi sus ojos y su cara en general, era precioso y estaba vestido con un elegante traje azul hecho a la medida con el que se veía muy lindo, aunque cómodo y fresco, era como si ese fuera su estilo. Me pareció amable y educado cuando se acercó a mí y me tendió su mano.

—Soy Matt Wastel— se presentó— y hoy mi hermano y yo estamos cumpliendo 10 años.

Tome su mano y le sonreí.

—Soy Rylie— conteste— Feliz cumpleaños— le dije— te tragimos un regalo y otro para tu hermano.

—Gracias— me soltó la mano y se coloco a mi lado para tomarme la mano de nuevo— ¿Quieres venir Ry?

Asentí con la cabeza, saliendo totalmente de mi escondite.

—Adiós mamá — me despedí

—Adiós señora— dijo Matt

Me jalo en dirección al patio y una vez allí llamó de un grito a los niños.

— ¡Ella es Rylie! — dijo Matt cuando ellos se acercaron— y ahora vivirá con nosotros.

Asentí a lo que él dijo. Mi mamá era muy amiga de Betany y cuando ella tuvo la necesidad de una niñera que viviera permanentemente en su casa quería a alguien de confianza, como conocía a mi madre desde hacia años le pidió que fuera ella y de esa forma terminamos ahí.

Solo éramos mamá y yo así que me gustaba la idea de vivir con ellos.

— ¡Hola!— me saludaron

Un niño se acercó a mi inmediatamente y se presentó.

— Soy Bryan— dijo mirándome con sus ojos cafés

Iba vestido con un traje igual al de los gemelos solo que era de color gris claro. Se veía bonito y hecho todo un caballero con su cabello rubio bien peinado

— Hola— salude bajando la cara

Cuando levante la cara pude ver a lo lejos el cabello oscuro de Máx, quien estaba sentado junto a una niña, solo escuchándola hablar.

Esa niña corrio hacia mi y se presentó, dándome un abrazo cortez y educado. Me llamo la atención que todos se presentaron menos Máx y por eso cuando entre mas en confianza fui a presentarme con el.

— Hola. Soy Rylie— le sonreí tendiendole mi mano

— Max— se limito a contestar aceptando mi mano

—Feliz cumpleaños— le dije

—Gracias— demostro su educación, pero no dijo nada más

Sus ojos azules atacaron los míos mientras su mano apretaba la mía un poco mas fuerte de lo realmente necesario. Estaba vestido igual que su hermano, pero por alguna razón se veía más lindo.

Max no quitó su mirada de la mía hasta que yo lo hice cortando el contacto de golpe 

Este niño era lindo

— Eres muy lindo

Las mejillas de Max se pintaron de rojo y eso lo hizo ver tierno solo por un segundo, bajo la cabeza con vergüenza y entonces supe que era bastante tímido.

Su mirada se poso en mi cabello que caía suelto sobre mis hombros. El movió sus labios como si fuera a decir algo pero los cerro con fuerza y eso terminó de confirmar mi versión de los hechos.

Un rato de silencio nublo nuestro alrededor hasta que el hablo:

— Mi hermano también—  señalo con sus labios a Matt 

Una pequeñísima sonrisa apareció en sus labios un momento antes de desaparecer. Sonreí mas por nervios que otra cosa y repase su rostro a detalle.

Eran gemelos idénticos: pero tenían un par de diferencias: Matt le sacaba un poco en tamaño a Max, además, Matt tenia un lunar en el lado derecho del rostro mientras Max lo tenia al izquierdo 

Sus miradas azules eran también diferentes. De la de Matt emanaba familiaridad y confianza mientras la de Max emanaba puro peligro y miedo.

— ¿Quieres jugar? — pregunte señalando a los niños

— No— dijo serio—No me gusta jugar

Me pareció de lo más raro, ¿Tenia 10 años y no jugaba? Aun así me senté a su lado, solo acompañándolo por un gran rato. Cuando intente entablar una conversación sin éxito me aburrí así que me levante y me fui.

Estuve jugando un buen rato con los niños y después Betany nos llamo para comer, comimos en un cómodo silencio. Mi madre ayudó a recoger la mesa, junto con Betany que se veía más que feliz y animada.

— Eres tan bonita— Matt paso un dedo por mi mejilla —Tu cabello es muy hermoso

Tome su mano y la acaricie.

— Tu eres muy lindo—   dije sonriéndole

En ese momento apareció Máx detrás de nosotros.

— Bryan se quiere subir a tu casa del árbol— señaló con su mano hacia afuera—yo que tu voy y pateó su trasero— dijo demasiado serio para un niño de 10 años

— Lenguaje — instruyó Bet a lo lejos

—¡Mi casa! — grito Matt— ¡Baja de ahí Bryan!

Máx sonrió de lado cuando vio a Matt alejarse y yo aproveche eso para intentar hablarle de nuevo.

—  Oye...

Me frene cuando lo vi alejarse también.

—Adiós— me pasó una mirada por el rostro—gracias por tu regalo— murmuró

Desapareció dejándome sola en la gran sala hasta que Connie me vio y tuvo compasión de mi y me llevó a ver sus juguetes.

Al final del día llegue a una conclusión: esos niños eran muy diferentes a lo que yo esperaba y sabía que me llevaría bien con casi todos...