Park Jimin había amado con todo su corazón, lo había dado todo por aquel alfa que decía amarlo. Realmente creyó ciegamente en aquel hombre que le juro amor eterno, jamás hubiera pensado que moriría solo en una fría cama, sin nadie a su lado... bueno...
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Jimin tenía un plan, ese día era uno en el que no tenían nada planeado, sus padres si estaban ocupados. Sin embargo, había hecho que su hermano tuviera un día libre para poder salir a comprar. En realidad Jimin no quería comprar nada, no le gustaba hacer ese tipo de cosas, pero necesitaba salir de la mansión si quería que su hermano conociera a Namjoon.
Faltaba poco más de un mes para que Namjoon fuera reconocido por el emperador Jeon, hasta entonces tenía que hacer que se conocieran. Así Namjoon no tendría por qué pedir un título, simplemente con tener el permiso de casarse con su hermano, podría tener el título de marqués junto a su hermano.
Al principio había pensado que no era necesario, pero sinceramente prefería eso a tener el título de marqués por sí mismo. No se consideraba apto para tal cosa y su hermano amaba su hogar como nadie, Seokjin era un digno sucesor del título.
— Es muy extraño que me pidas acompañarte a comprar algo – señalo su hermano - ¿Acaso tienes algo planeado?
— No – negó – Simplemente quería salir contigo, hermano – sonrió con inocencia
— Eres tan lindo, no importa si me llevas a mi muerte, de todas formas te seguiré ciegamente – exclamó abrazándolo
— Auch – se quejó – Hermano, me has lastimado con tu broche – hizo un puchero
— Lo siento, Jiminnie – se disculpó observando la mejilla de su hermano, solo tenía una pequeña marca roja
— Está bien – le restó importancia – Bajemos aquí, caminemos un poco – señalo
Ambos bajaron del carruaje y caminaron por las calles, habían muchas personas alrededor, algunas de ellas comprando y otras vendiendo. Aquella calle era sumamente reconocida por los muchos comerciantes que llegaban día a día a vender, además de los que tenían sus propias tiendas.
Algunos los veían con sorpresa, entendían que estuvieran en el lugar como nobles para comprar, pero simplemente no siempre se veían omegas tan hermosos, rubios y ojos azules, cualquiera caería encantado con ellos.
Jimin no tenía un plan exacto, simplemente caminarían por las calles, tal vez comprarían alguna que otra cosa y luego, en algún punto, tendrían que ver a Namjoon. Según recuerda del pasado, Namjoon una vez contó que era usual que lo enviaran a cuidar aquel sector.
Sin embargo las cosas cambiaron cuando Jimin observo algo raro en un callejón, ambos omegas terminaron perdiendo a los guardias, quienes los seguían a una distancia considerable y ambos se perdieron en dichos callejones.
— Juro que vi a un niño corriendo por aquí – murmuró
— Puede ser, tal vez vive por aquí – señalo su hermano – Deberíamos regresar, creo que les dará un infarto a Chanyeol, Minho y los demás – bromeó
