Park Jimin había amado con todo su corazón, lo había dado todo por aquel alfa que decía amarlo. Realmente creyó ciegamente en aquel hombre que le juro amor eterno, jamás hubiera pensado que moriría solo en una fría cama, sin nadie a su lado... bueno...
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Jimin estaba nervioso, tenía puesta solo una bata de seda y los chicos ya se habían ido prometiendo que nadie los interrumpiría en esos tres días, tan solo les dejarían la comida en la puerta para no molestarlos.
Para el omega fue bastante vergonzoso, todos en la mansión sabían lo que pasaría esa noche y no dudaba que todo el imperio lo sabía también. Recuerda bien como su hermano se había encerrado con su alfa durante cuatro días, finalmente cuando salieron de la habitación, no podía encontrar el aroma de su hermano porque todo él estaba cubierto por el aroma de moras que tenía Namjoon.
Su hermano le había aconsejado una que otra cosa, se había reído de aquello por vergüenza y porque Jimin sabía en lo que consistía, tenía un poco de miedo porque Sung no fue para nada cuidadoso con su primera vez. Pero Jimin sabía que Yoongi no era Sung y que el alfa lo trataría diferente, todo el tiempo que llevaba conociéndolo, el alfa simplemente había sido un buen hombre con él.
Yoongi no lo había tratado bien solo porque quería algo de Jimin, el alfa lo había tratado bien porque lo respetaba como persona y eso le había agradado. Aún no entendía como Yoongi había confiado en él tan rápido, bueno no es como si no supiera que Min lo investigo a fondo, pero de todas formas aún con tantos en contra, se decidió por creerle y ayudarlo, apoyarlo, protegerlo.
¿Desde cuándo quería tanto a Yoongi?
No lo sabía con certeza, pero el solo pensar en su linda sonrisa que mostraba sus encías o en esos comentarios sarcásticos que soltaba de vez en cuando, su sonrisa salía por si sola y su corazón se aceleraba.
— ¿Jimin? – cuestionó Yoongi entrando
— Yoongi – susurro nervioso
— Amm... sé que no hablamos de esto o de lo que haríamos pero yo umm... si tú no quieres, puedo esperarte, simplemente durmamos juntos y ya, prometo no hacer nada para molestarte, tenemos suficientes almohadas para crear un pequeño muro ¿no crees? Sí, creo que eso sería lo mejor, déjame empezar...
— Yoongi – lo llamó deteniéndolo
— ¿Sí? – cuestionó nervioso y sonrojado desviando la mirada
— Yo... - suspiró sonrojado – Yo quiero hacerlo, quiero que me marques
— Sí, no te lo niego, tengo miedo y sé que es un gran paso – explicó bajando la mirada – Pero está bien si eres tú, confió en ti, sé que no me harás daño y que si yo te lo digo te detendrás
— Por supuesto que sí, hagámoslo, pero si te sientes mal o incomodo me avisas – pidió
— ¡Sí! Oh, perdón – se disculpó avergonzado
Aun un poco torpes, Yoongi lo dirigió a la cama recostándolo en el suave colchón y se subió encima para verlo fijamente. Para Yoongi, Jimin era sumamente hermoso, no entendía como Jong no lo había apreciado cuando lo tuvo tan cerca, para el alfa era como un maldito insulto el simple hecho de pensar que esas lindas curvas eran por "grasa".
