Mi Crush Forever

1. La Entrevista

Tiara Burgos

Dos años después

Aquella mañana en la que estaba tan apurada corrí por las escaleras rebozada de cansancio, mis días eran tan parecidos a los demás, todo se dividía en la facultad y en el trabajo que de repente me demandaban cada vez más. Mi constante mala suerte me hacía comprender que en mis venas estaba destinada al continuo fracaso. 

Pero aun así trataba de ser feliz a mi manera, si, continuaba en esa búsqueda constante.

Las cosas eran demasiado diferentes cuando dependía de las protectoras alas de mi mamá. Esos tiempos eran demasiados bonitos y ni siquiera me había dado cuenta. Alquilaba este departamento junto a una amiga de facultad, era dentro de todo decente teniendo en cuenta que era lo más accesible que pude conseguir, demasiado frío en el invierno y demasiado caliente en el verano. Esos climas eran insoportables de tolerar... 

Por alguna razón tenía las esperanzas constantes de que las cosas iban a mejorar.

-¿Somnolienta?- Sonrió Ana, mi compañera de piso y mi amiga, mientras bebía su café con medialunas como cada mañana.

-Se me volvió a apagar el reloj- Sonreí recordando como yo misma lo apague para continuar durmiendo.

-Eso explica tu rostro- Asentí para tomar mi manzana sobre la mesa.

-Bueno, te veo mas tarde- La salude para ir a ponerme mis zapatos.

-Ah, Tiara, la línea de colectivo que tomas para ir al trabajo esta de paro- Trague saliva para cerrar los ojos y refunfuñar comprendiendo que tendría que caminar hasta la estación de tren.

Mi mala suerte empezaba a arruinarme la mañana como de costumbre... Llegar al trabajo sudada y agitada era inevitable otra vez.

Luego del trabajo que aquel día sería de doble turno comprendí que iba a ser una gran oportunidad para mi. Hoy, por la tarde, tendría una entrevista de trabajo en una empresa. Mis años de estudio para ser traductora eran lo que esta empresa necesitaba y estaba segura de que podía conseguir ese puesto. Sonreí más que de costumbre y note que Ethan, Alicia y Alan, mis compañeros de trabajo, lo percibieron rápidamente.

-Supongo que otra vez esperanzada- La pelirrojo sonrió comprendiendo que eso era normal en mi.

Sonreí para bailar aquella canción que sonaba en la radio.

 "Amour plastique" de VIDEOCLUB. 

Las suaves manos de Ethan me recogieron para darme una pequeña vuelta. Sonreí comprendiendo que este chico se había transformado en todo este tiempo en un gran amigo. Si, solo amigos, era bonito pasar tiempo con él fuera del trabajo y me encantaba saber que lloraba conmigo mirando esas series que suelo mirar de drama.

-"Amame hasta que las rosas desaparezcan, que nuestras almas caigan en el limbo profundo"- Susurro en mi oído y comprendí que había leído la traducción de la canción solo por mi.

Luego de intentar que esa jornada sea lo más graciosa posible respire aire fresco al salir, afuera no se sentía el olor a las papas fritas del local y lo disfrutaba, afuera no me sentía encerrada detrás del mostrador mientra atendía a clientes impacientes... 

Corrí hasta un baño público para ir a cambiarme y ponerme elegante para la entrevista. Sonreí al notar que cuando llegue solo faltaban unos quince minutos y comprendí que este día había sido uno de mis días con mayor suerte que de costumbre.

Subí aquel ascensor del edificio para marcar el último piso, como aquella recepcionista me había dicho. Antes de que las puertas se cierren un guapo joven interrumpe para evitarlo y entrar junto a mi. Me miró para guiñarme el ojo con una gran sonrisa. Sonreí sintiéndome nerviosa y supe que por su forma de vestir era alguien importante en la empresa. Llevaba traje, un peinado formal... Además de lo espectacular que lo hacía lucir su pelo negro, sus ojos marrones y piel pálida.

-¿Tienes la entrevista?- Preguntó cortando el silencio de aquel elevador que subia.

-Si, ¿Tu también?- El joven sonrió mientras las puertas del elevador se abrieron dejándonos en el último piso.

-Te diría que soy el dueño de la empresa pero mi hermano se enoja ya que hace más trabajo él para serlo- Sonrió y comprendí que de hecho era mucho más joven de lo que creía. 

-¿No eres muy joven para ser dueño de esto?- Y sentí que mi pregunta incomodaría su ego y supe que quizás no debí hacerla.

-¿Dices que porque soy joven no tengo la capacidad para lograr nada de esto?- Negué y mi corazón se aceleró entendiendo que estaba ofendido.

-No... De hecho creo...- La secretaria que está en frente de nosotros lo llamó y me miró de reojo para continuar su camino hasta la gran puerta que daba enfrente.

-Espere unos segundos- Me dijo la secretaria a lo que solo me senté a un costado hasta que me dijo que pasara por el mismo lugar que minutos antes el joven con traje paso.

Trague saliva sosteniendo mi cartera entre mis manos para dar aquel primer paso. Mi mente quedó bloqueada en aquel momento en el que abrí la puerta, la cerré de nuevo y al voltearme una gran mesa con muchas personas estaban observando mi presencia. 

Alce las cejas a mirar en el centro y encontrarme con la mirada de aquel chico que acosaba en secreto en secundaria. 

Tomas Herrera. 

No pude evitar abrirlos para entender si esto era real o no. Hubiera pedido a mi amiga que me pellizcara pero en este momento no estaba.

Tenía delante de mí a aquel chico por el que el último año de secundaria me había cambiado de instituto para evitar verlo a los ojos luego de que supiera de mi admiración secreta. Mi mente se volvió demasiado pequeña, yo había cambiado demasiado y él tenía esa posición tan destacada por sobre mi como siempre. 

Entonces supe que mirarlo me continuaba llamando la atención como antes, pero tenía que evitar que me intimide, trague saliva y traté de que esos sentimientos de obsesión no se asomen en mi mente. Recordé constantemente  la idea de que ni siquiera me debía de recordar. Mi vergüenza, o simplemente lo que quedaba de ella, sabía y estaba segura que ni siquiera me recordaba.