Tiara Burgos
Sentí el perfume de mi madre, ese perfume que solía acompañarla a todos lados siempre, ese perfume que desde niña se me hizo tan familiar. Fue incontrolable derramas un par de lágrimas más que ya no podía contabilizar.
-Tu padre está dentro, él no puede hablarnos- La mire mientras acariciaba su rostro mientras secaba sus lágrimas.
-¿Que le ha sucedido?- Le pregunté y volví mi mirada a la enfermera que continuaba junto a nosotros.
-Se le encontraron en su cuerpo una cantidad muy grande de antidepresivos además del evidente consumo de alcohol. Aparentemente lo que dicen los reportes médicos es que es milagroso que aún tenga signos vitales. No saben cómo continúa con vida. La policía está investigando...
-Se ha tratado de quitar la vida- Suspire recordando con exactitud lo que decía en la carta que me había escrito.
-¿Como sabe eso?- Asentí terminando de confirmarmelo internamente y aun dudarlo en creermelo.
-Ayer por la noche estaba en Francia, pasaron cosas personales, el señor Montes me dejó una carta y en ella decía que su vida poco a poco dejó de tener sentido...
-Será mejor que se lo diga a la policía. Ahora lo notificare. El investigador estaba dando vueltas por aquí. Cuando decida ver al señor simplemente avisele a las enfermeras que están dentro-Asenti y enfermera se volteó para marcharse.
-Hija, tenemos muchas cosas de qué hablar- Volví mi mirada de nuevo a mi madre y asentí sintiendo el agarre de sus manos con las mías- Muchas, quizás demasiadas- Asenti mientras acariciaba suavemente mi cabello- Ese hombre que está ahí dentro está sufriendo, te necesita, él está inmóvil pero sé que a pesar de eso puede escuchar tus palabras. Eres la unica que podra hacerlo- Levanté mi mano de nuevo para acariciar su rostro- Él es tu padre. Te pido que lo perdones- Se quebró por completo y la fundi en un fuerte abrazo.
Esa mujer que por años había sido fuerte ahora estaba desconsolada.
-Vos me enseñaste muchas cosas madre. Una de esas es a amar. El señor Montes ha sido un hombre muy bueno conmigo. A pesar de todo no puedo odiarlo. Jamás lo odiaría- Me volvi a separar para ahora si estar dispuesta a marcharme para mi cometido- Te prometo que esa conversación está más que pactada...
Asintió dando un gran suspiro mientras se secaba sus lágrimas. Hice lo mismo, seque mis lagrimas y mire a un costado a Ethan que simplemente asintio comprendiendo. Se acercó a mi madre y sabía perfectamente que la acompañaría.
Cerré los ojos con fuerza dispuesta a entrar a aquella habitación en donde se suponía que estaba el señor Montes. Y es que hasta verlo recostado en aquella cama se me suprimió por completo la presencia de las enfermeras que me disfrazaron con una especie de camisolin celeste, un barbijo y un birrete del mismo color.
Repose mis manos sobre las de él suavemente. Permanecía recostado, como si en mi imaginación se fuera levantar, conectado al respirador y a varias sondas. Verlo de esta manera me partía al medio el corazón, no podía odiarlo jamás, fuera lo que fuera en lo que me haya mentido ya no me importaba demasiado.
-Señor Montes- Murmure aquella palabras y recordé con exactitud las palabras de mi madre que me dijeron que él iba a poder escucharme.
Me apropie de esas palabras internamente y las creí como ciertas. No podía ser de otro modo.
-Cuando te conoci crei que eras una persona diferente, un hombre al que me encantaba porque no quería nada de mi, un hombre al que simplemente no le importaba nada de mi- Mire fijamente su rostro y recordando con exactitud ese momento- Era extraño porque jamás nadie me hizo sentir la confianza que me hacía sentir cuando estaba con usted. Jamás nadie, mas que mi madre, me distinguió de esa forma. Se lo valore tanto, se lo valoro demasiado- Me quedé en silencio unos segundos procesando y acomodando mi mente.
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Mi Crush Forever
RomanceTiara ha guardado la sonrisa de Tomás Herrera por mucho tiempo en fotos que tiene en su celular. No ha tenido el coraje de acercarse a él para decirle sus sentimientos, la vida le resulta una esfera imperfecta que se conecta en algún punto y de la...