Tomas Herrera
Había regresado a mi habitación luego de deambular por la casa y notar que la mayoría se había marchado o simplemente estaban arrojados en el suelo producto de la borrachera.
Sonreí al ver a Rocío enredada en los brazos de un hombre que había invitado a la fiesta y comprendí que seguía siendo la misma perra de siempre. Mire hacia adelante y no le preste atención para caminar hasta mi habitación.
Al entrar y encontrarme con el cuerpo que aun dormía de Tiara recordé que la noche anterior la había dejado en mi habitación. Esa chica si que tenía problemas graves, su temperamento era parecido al de una niña, sonreí al pensar que su inocencia era evidente. Pero comprendía que ahí afuera, junto a todos que la miraban, era demasiado diminuta. Era demasiado sensible... Mientras me ponía mis boxers para bañarme escuche un quejido.
Salí del baño para encontrarme con Tiara mientras se sujetaba la cabeza debido a la resaca que ya empezaba a aquejar. Al ver su rostro comprendí que aun asi seguia viendose extremadamente sexy.
-Ahh- Se quejo para voltearse y tomar la sábana para cubrir sus piernas desnudas de las que la camisa que llevaba puesta no llegaba a cubrir.
-¿Que sucede?- Fruncí el ceño mientra sostiene el cepillo de dientes entre mis manos.
-¿Acaso no te han dicho que andar en ropa interior delante de desconocidos es mala educación?- Sonreí recordando lo que me había dicho bajo los efectos del alcohol.
-¿No te dijeron que tener resaca en la casa de un desconocido no es lo correcto?- Mufo y comprendí que no se daría vuelta hasta que me vistiera.
-Ponte algo y me volteare- Rodé los ojos para tomar una bata que estaba colgada en el baño y ponermela.
-Listo- Dije a lo que se volteo para ahora mirarme- Mira- Señalé mi armario- Ahí tienes mi armario, toma lo que necesites, tu ropa está sucia- Me voltee no queriendo seguir escuchando sus alaridos.
-Lo siento- Musito dando un suspiro a lo que la mire de costado antes de volver al baño- No usare tu ropa, sería extraño si lo hago.
-¿Extraño?- No entendí su pretensión, pero desde un punto si lo hice, al recordar aquella vez que Rocío leyó en voz alta aquel diario repleto de estupideces lo relacione directamente con aquello- La secundaria ya ha terminado, no somos niños, debes de saber que las cosas cambiaron. Soluciona tu problema y solo vete- Entre dentro del baño dejando escuchar un golpe al cerrar la puerta y comprendí que a veces solía ser demasiado tosco.
Tiara Burgos
Suspire sentada en la cocina de mi casa tomando un cafe. La mirada de Ana sabía que lo único que buscaba hacer era saber todo lo que había ocurrido esa noche y como es que acabe en la habitacion de Tomas Herrera. La aspirina empezaba a reducir el efecto de la resaca.
-Parece una persona demasiado fría- Dijo tomando un sorbo de su café- Pero es un idiota- Asenti.
-Un idiota demasiado sexy- Me miro con los ojos grandes y comprendí lo que acababa de decir.
-¿Sexy?- Tomé otro sorbo para alertarme con el ruido del celular que acababa de sonar en mi bolsillo- Hola- Dije al contestar.
-Señorita Burgos, soy Ted Pintos- El dueño del lugar en donde trabajaba- Por falta de personal quiero que se presente a cubrir horas a las 15...
-Hoy no es mi turno- Dije enfadada.
-Comprendo, ya lo se, pero necesitamos personal- Mufe.
-Contrate a un nuevo personal o, tengo una mejor idea, pagale mejor y le juró que sus problemas se solucionan- Y mi enojo sabía que no me llevaría ningún lado.
-Si no viene en una hora a presentarse en la empresa considerese despedida- Sus voz seria me hizo entender que hablaba en serio y no quería perder el tiempo a lo que solo colgó luego de decir eso.
Deje el celular sobre la mesa para cerrar los ojos. Mi unico dia de la semana libre estaba arruinado... Ya lo sabia. La mirada de mi amiga me hacia entender que a la mala suerte estaba destinada.
Había estado atendiendo con solo una compañera más. Puse música y decidí que a pesar de que me dolía un poco la cabeza no dejaría que mi semana acabe de esta forma. Sabía que al regresar a casa tendría que pasar mi noche poniendome al dia con la facultad y eso me estresaba aún más.
Ahora sabía que no tenía que beber de la forma en que lo hice, no era sano, no fue la mejor decisión. Pero al mismo tiempo también se que la suerte nunca está de mi lado y siempre juega para el equipo contrario. Aquello me causaba más gracia porque no importaba lo que sucedía... Sabía que las cosas podían ser peores de las que ya eran.
-Dame una hamburguesa doble, un cono de papas y un vaso grande de coca- Dijo una voz tan conocida como fría.
Al levantar la mirada y encontrarme con los ojos de Tomás note sorpresa en su rostro. Y sabía que las cosas podían ser peores y lo terminaba de confirmar.
-¿Con cebollas o sin cebollas?- Pregunte volviendo mi vista a la computadora para registrarlo.
-¿Trabajas aquí?- Lo mire para rodar los ojos y asentir.
-Viene con beicon, fetas de queso cheddar, cebolla, lechuga ¿Quieres sacarle algo?- Pregunte no queriendo que decida tener un comentario desagradable como los que eran sus amigos solían tener cada vez que los he escuchado venir a comprar.
-Si, sacale la cebolla- Asentí para marcarlo.
-Dentro de unos minutos le traigo el pedido- Me levante y al apoyar mis manos en la mesa sentí su mano posarse sobre la mía en señal de que me detenga.
Me quedé inmóvil y levanté la mirada hacia él que estaba con el ceño fruncido. Comprendí que no podía dejarme pasar simplemente.
Apartó su mano produciendo lejanía y asentí para hacer lo mismo
-Disculpa si soy tan directo, pense que eras una de esas niñas consentidas de su padre, jamás pensé verte aquí- Rodé los ojos y suspire.
-¿Acaso tu amigo no te comento sobre mi? ¿Rocio tampoco lo ha hecho?- Sonrei sarcasticamente y no pretendi humillarme sintiéndome avergonzada de nuevo como tantas veces- Veo que tu pedido llegó- Tome la bolsa que Claudia, mi compañera, había dejado sobre la barra y se la extendí -Hamburguesa sin cebolla querida alteza- Murmure y frunció el ceño.
-¿Acaso no te han enseñado que debes de tener respeto a los clientes?- Me encogí de hombros.
-Si, de hecho lo tengo, pero ambos sabemos que tenemos significados diferentes a la hora de referirnos a eso- Lo mire y supe que no podía evitar mi enojo.
-Y yo ¿Que te he hecho?, ¿Puedes decirme?- Me voltee para encogerme de hombros incapaz de perder el tiempo.
Recordar aquellas palabras que me dijo temprano era inevitable.
"La secundaria ya ha terminado, no somos niños, debes de saber que las cosas cambiaron. Soluciona tu problema y solo vete"
No me gustaba que me hable de esa forma, era mi antiguo crush y todo, pero no se lo iba a tolerar. No recordaba mucho lo de la noche anterior, sabía que ebria frecuentemente solía decir elocuencias, pero esa forma de referirse a mi no me gustaba y no la iba a aceptar de nadie. La Tiara de antes no era la misma de ahora y quería dejarlo en claro.
-Vuelva pronto- Mire al cliente que había llegado detrás de él y solo rodo los ojos para irse.

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Mi Crush Forever
RomanceTiara ha guardado la sonrisa de Tomás Herrera por mucho tiempo en fotos que tiene en su celular. No ha tenido el coraje de acercarse a él para decirle sus sentimientos, la vida le resulta una esfera imperfecta que se conecta en algún punto y de la...