Capítulo 29

651 34 1
                                    

Acabo de llegar de desayunar, estoy en mi cuarto, menos mal que Laurent no está aquí. Madison entra y mira la habitación, se acerca a mi escritorio, observa el libro que estoy leyendo.
—¿Qué haces aquí? -le miro extrañado.
—Me aburro, me apetece hacer algo. Esta noche hay fiesta en una des las casas de las afueras, podríamos ir.
—No me gustan mucho las fiestas -mascullo.
—Irá Joe -esboza una sonrisa traviesa.
—¡Me encanta las fiestas! -grito.
—Hipócrita -me hace burla,
La puerta se abre y entra Laurent y Gabi besándose, toqueteándose el uno al otro.
—Relajad el calentón -grita Madison y les corta el rollo.
Laurent y Gabi se ponen rígidos, incómodos. Me miran a mi y luego desvían la mirada a Madison.
—Encima de ser una mierda como personas, tenéis los cojones de venir a follar a este cuarto sabiendo que está Jay. No doy crédito.
—Déjalo Madison -susurro.
—Pues que sepáis que Jay ha ligado con el chico más perfecto que existe -les espeta Madison—. Es más, os tiene superados, no sois nada, va a pedir el traslado de habitación.
—¿Ah si? -susurro extrañado.
—Sí -me mira Madison fijamente.
—Tenemos que hablar Jay -dice Laurent.
—Lo siento pero su agente está muy ocupada, no tiene tiempo para ti -Madison se encoge de hombros.
—Jay, por favor, hazme un hueco en tú agenda ocupada -dice Laurent con ironía.
—¡He encontrado un hueco! -exclama Madison emocionada —. En tú entierro -le espeta y le esboza su mejor sonrisa.
Madison me coge de la mano y salimos de la habitación.
—Gracias por eso -susurro.
—No llego a entender por qué son así -dice y en su tono de voz puede sentirse un ápice de enfado e indignación.
—¿A dónde vamos? -mascullo.
—A pedir el traslado de habitación.
Me de tengo en seco en mitad del pasillo. Madison se gira y se acerca a mí.
—No quiero cambiarme de habitación, quiero estar cerca de Vera.
—Por eso vamos a pedir el traslado de Laurent -sonríe con malicia.
—¿Cómo vamos hacer eso? -le miro incrédulo.
—Créeme, lo haremos, tengo mis contactos -vuelve a sonreír con malicia.
Sigo a Madison por los pasillos de la residencia hasta llegar a la habitación cuatrocientos cuatro. Llama tres veces a la puerta con un ritmo en concreto, me parece curioso. La puerta se abre y sale un joven, bastante atractivo.
—Max, tienes que conseguir que trasladen a Laurent de su habitación -dice Madison con severidad.
—¿Tú eres Laurent? -me mira a mí.
—Soy el compañero -digo incómodo.
Max esboza una sonrisa.
—Es una trampa de las tuyas -la sonrisa de Max se vuelve traviesa, incluso de complicidad con Madison —. ¿Qué habitación es? -me mira a mí.
—Trescientos diecisiete -responde Madison con una sonrisa traviesa.
—Dejádmelo a mí, nos vemos en la fiesta de esta noche -Max cierra la puerta.
—Me apetece un batido de fresa con yogur -susurra Madison—. Ser mala es muy cansado -sonríe y me guiña el ojo.
—Creo que, a mí, me apetece otro -sonrío y nuestras sonrisas se vuelven cómplices.

******* ******* *******
Paseamos por el campus, salimos de la academia y vamos a Paradise, la cafetería vintage. Cuando llegamos, Joe sale, supongo que ha terminado su turno. Viste unos vaqueros ceñidos de color negro, unas botas negras, jersey negro y chaqueta de cuero del mismo color. Siento como un calor me invade el cuerpo, suelto un suspiro placentero.
—¿Me echabais de menos? -dice Joe sacando su paquete de tabaco.
—¿A ti? Que va -sonrío—. Echábamos de menos el ambiente encantador de Paradise.
—Y su calefacción -añade frotándose las manos para calentárselas.
Joe esboza una pequeña sonrisa, creo que me acabaré enamorando de ella, es perfecta. Encantadora, bonita y jamás pensé que una sonrisa podía transmitir tanto.
—Entonces sino soy yo -dice Joe poniendo los ojos en blanco—. ¿A qué debo darle las gracias por hacer que me bendigáis con vuestra presencia? -dice en tono jocoso e intentando aguantar la risa mordiéndose el labio inferior.
Joder que sexy.
—Dale las gracias a los batidos de fresa con yogur que preparáis -sonríe Madison.
Joe se ríe y me mira, automáticamente mi corazón se acelera y me pongo nervioso.
Entramos a Paradise, Joe se une a nosotros, nos tomamos los batidos y después volvemos a la academia. Llegamos a los escaleras de piedra, Vera corre hacia a mí, de repente aparece Gabi por mi derecha, me empuja y me pega un puñetazo. Madison ahoga un grito. Joe le empuja para apartarlo.
—¡Cabronazo! -grita—. Eso es por hacer que echen a Laurent de la residencia -añade enfadado.
Madison y yo nos miramos, sorprendidos. Gabi se va. Vera me mira intrigada, me temo que lo ha escuchado.
—¿Qué has hecho Jay? -me mira Vera y puede sentir cierto tono de decepción.
—Se lo merecía -le espeta Madison.
—¡Ha sido cosa tuya! le grita Vera—. Todo esto es tú culpa -le grita enfadada—. ¡Es una mala influencia!
—Vera tranquilízate -digo intentando calmarla.
—¡No me digas que me tranquilice! -me grita—. Desde que la has conocido, pasas de mí -me espeta.
—¡Eso es mentira! -le grito.
—Te has olvidado de que hoy íbamos a ir a comer juntos y a ver la ciudad -Vera tiene razón lo había olvidado por completo—. Llevo horas esperándote en la habitación.
—Vera -susurro.
—¡Déjame en paz! -me grita enfadada.

Mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora