fate reader | kooktae

veinticuatro

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Los horribles y ficticios escenarios posibles corrían frenéticamente por la mente de Taehyung, tomar decisiones cuando sus nervios estaban a flor de piel no era razonable ni de lejos, pero la situación lo ameritaba y los ojos de oscuros seguían fijos en él, esperando un veredicto. Llenó sus pulmones de aire, no ayudó a aliviar la sensación asfixiante que lo estaba aplastando. En definitiva no quería arruinar lo que había construido esa semana, le emocionaba el concepto de establecerse y vivir con normalidad, sin más tratos peligrosos, y no lo necesitaba, ya no necesitaba de Jungkook para valerse en el mundo, el vidente no podía sacrificar su prosperidad por un tonto apego y calentura pasajera. Se quiso reír por lo contradictoriamente gracioso que era reflexionar aquello cuando las manos del sujeto seguían en su anatomía y una de ellas sostenía su rostro como si fuese una pieza de cristal, si bien su corazón aún palpitaba desbocado, las caricias en su piel lograban que ya no se sintiera como una maldita bomba de tiempo a punto de explotar en millones de pedazos.

Amaba la dudosa seguridad que implicaba estar junto a Jungkook, como si él pudiera salvarlo de todo mal, aunque fuese una ridiculez gigantesca, porque estaba consciente de que, en sí, revolotear alrededor de un mercenario podía una de las cosas más mortíferas existentes.

—¿Qué crees que debería hacer? —susurró de manera apenas audible por temor a que la persona fuera el dormitorio lo oyera.

—Yo no puedo manejar tus elecciones —dijo Jeon con serenidad—. Y tú no deberías darme el permiso para hacerlo, te deja vulnerable a manipulaciones.

—¿Por qué no te aprovechas de eso? —interrogó desviándose del tópico central, hecho que le arrancó un suspiro al pelinegro—. Es decir, apuesto que si lo desearas podrías como joderme la cabeza, porque, ya sabes, no estoy en mis mejores facultades mentales desde hace... Eh, ¿mucho?

—No me interesa hacerte mi títere —sentenció ligeramente asombrado por esa revelación de Taehyung, no era la clase de datos esenciales que le regalabas a otro tan fácilmente—. Puedo conseguir lo que quiero sin tener que convertirte en un descerebrado.

—Pero quieres meterte conmigo —habló el adivino frunciendo el ceño—. Y básicamente estás renunciando a eso dándome a elegir cuando podrías solo tomar lo que buscas y...

—¿Por qué suenas como si ansiaras que destruya tu espíritu? —interrumpió Jungkook, consternado. No era el comportamiento que esperaba de Taehyung, no había rastro de su usual chispa vivaz y rebelde.

—No se trata de eso —exhaló y desvió su atención a lo poco que podía observar a sus costados—. No es como que anhele que controles mi vida, me parece curioso...

—Probablemente es menos complicado de lo que crees. —La vista del moreno volvió a concentrarse en el rostro frente suyo con interés—. Tú no eres mi tipo, pero sigo detrás de ti por tu actitud de mierda.

—¿Cómo se supone que eso funciona? —Iba a ignorar el ofensivo comentario.

—Tienes ese efecto en mí, te lo dije la primera vez que follamos, provocas que quiera ahorcarte tanto con intenciones homicidas como lujuriosas. Sería aburrido si solo fueras una sumisa zorra tonta —expuso Jungkook presionando su pulgar en los labios entreabiertos de su acompañante distraídamente—. Taehyung, este es el asunto, no eres el único culo en la tierra, pero sí mi preferido de momento, así que ahora reside en ti si vas a permitir que esto fluya o alejarte completamente.

—¿Completamente?

Él sabía que el tema no era pedirle a Jinsoul que se fuera o no, ella se largaría si nadie le abría la puerta después de insistir, no era más que un simbolismo. Si se quedaba con Jungkook, estaría aceptando correr el riesgo que conllevaba ser su amante. El mercenario debía estar al pendiente de que el miedo podría resultar demasiado problemático de afrontar para Taehyung, por eso le estaba brindando la alternativa de abandonarlo.