veintisiete

12.8K 1.5K 794
                                    

⠀⠀⠀⠀⠀

⠀⠀⠀⠀

Los siguientes dos días, Taehyung evitó a Jungkook como si portara un virus mortal. Bajaba a comer cuando estaba seguro de que el mercenario ya se había retirado y se quedaba más horas en el taberna para no cruzarse con él en el hostel. Tenía dos contundentes razones que justificaban su comportamiento: no confiaba en su fuerza de voluntad, se dejaría llevar si Jeon se lo sugería y no podía permitirse caer por su labia. En segundo lugar, no quería alimentar ese horrible enamoramiento, cada vez que reparaba en sus defectuosos sentimientos, sentía que enloquecería.

El día anterior tuvo sexo con Jinsoul de nuevo, deseó que en esta oportunidad su fijación por el hombre desapareciera por completo, pero para su pesar, permanecía arraigada a él. ¡Era ridículo! ¿Por qué siquiera le gustaba Jungkook? Era un bastardo con todas las letras y lo sacaba de quicio con una facilidad abrumadora. ¿En qué momento exactamente había hallado algo digno en su persona como para flecharse?

Está bien. Para darle mérito al criminal, no era tan malo. Taehyung pensaba que su perseverancia e inteligencia eran admirables, y aunque detestara admitirlo, su odioso sentido del humor a veces le hacía gracia. La paciencia de la que el sujeto afirmaba falsamente no estar dotado también era atractiva. En parte, lo respetaba por haber manejado los obvios impulsos asesinos que surgían en su interior cada que él lo pellizcaba.

No obstante, la esperanza de que simplemente estuviera malentendiendo la situación, lo salvaba de no sufrir un colapso mental.

Por suerte, Jungkook realmente parecía haberse aburrido de él, porque tampoco se había esforzado en interceptarlo, lo que hacía las cosas más sencillas. Al principio, eso había ofendido abismalmente a Taehyung, lo hizo sentir como un trapo desechable. Recordó con irritación esa época en que el pelinegro solía insinuarse siempre que tenía la oportunidad con tanta insistencia, era como si el vidente fuese un reto que luego de superar, perdió totalmente el encanto. Es decir, sí, él había sido quien terminó su relación carnal, pero, ¿desde cuándo Jungkook respetaba tanto sus decisiones sin ir directo a lo que quería? Eso solo podía significar que, en efecto, ya no era de su interés.

Pero ahora estaba bien con ello, ya sabía de antemano que el tipo era un imbécil, tampoco es como si Jeon le debiese algo, ambos habían dado y tomado por igual. Estaba siendo emocional.

Sí.

De acuerdo, quizá aún no estaba tan bien con ello, porque cuando vio al delincuente en el comedor a una hora no muy propia de él, fantaseó con ir y estampar un puñetazo en su cara.

Pero ya no estaba enfadado por la indiferencia del contrario, sino que, aunque no fuese su culpa, comenzaba a aborrecerlo por hacerle encapricharse. Redirigir su auto desprecio hacia su ex escolta aliviaba su malestar un poco. Inhaló profundo, nada de esto sería trascendental, la imagen de Jungkook se volvería borrosa cuando se marchara de Meradonia en dos noches. Con esa motivación, se adentró en la sala y tomó asiento en la mesa compartida, no lo estaba mirando, pero escuchaba al mercenario platicar con frialdad junto a uno de los inquilinos, eso no le sorprendía a Taehyung, posiblemente se tratara de trabajo, porque las pintas del vecino le hacían deducir que también ejercía la ilícita profesión.

Le agradeció a Jungeun en cuanto le sirvió una taza de té y hogazas de pan, y se apuró a tragar su desayuno para largarse rápido, creyó percibir el peso de una mirada sobre su cuerpo, pero no se giró para verificar su teoría, y se encaminó fuera de la habitación.

En la recepción, yacían Jinsoul y su padre conversando casualmente, optó por observar a distancia, sin interrumpir. Taehyung no podría cansarse de contemplar su belleza. Anoche, cuando ella reposaba entre sus brazos, divagó en su imaginación y meditó en qué clase de dinámica hipotética se daría entre ellos si llegasen a casarse. No era un intenso, no tenía planes de contraer nupcias tan pronto, pero proyectarse le parecía adecuado, porque ya no ansiaba involucrarse en más noviazgos sin futuro. Ella era divertida, una chica graciosa y sin escrúpulos, un matrimonio a su lado sería increíble según su ingenuidad.

fate reader | kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora