cuatro

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Esta vez, Taehyung se despertó antes de que Jungkook lo meciera para proseguir el viaje, probablemente gracias a la angustia que estar siendo perseguido le otorgaba. Se retorció en su lugar, meditando con los ojos cerrados si debía aprovechar los minutos de sueño que le restaban o levantarse sin vacilación. La primera opción lo tentaba inconmensurablemente, en especial cuando se sentía tan tibio y cómodo, lo que resultaba extraño para estar recostado contra un áspero y rugoso tronco. Su cuerpo entero se tensó cuando su cerebro terminó de procesar esa información.

Había estado acurrucado como un gatito casi encima de Jungkook.

Con vergüenza, empezó a alejarse del cuerpo ajeno lentamente, ahora sí que estaba bien despierto. Miró el rostro apacible de su captor mientras aparentaba dormir y, a los pocos segundos, los párpados de este se abrieron para adherirse a él al detectar el movimiento. Sí, sus siestas debían ser horribles, eso explicaba las marcas de ojeras con las que contaba el criminal, pensó V. También tuvo que haber notado cuando se acomodó en él, Taehyung casi se sonrojó pensando que Jungkook aún así no lo había empujado lejos.

—Uh, buenos días —saludó el vidente terminando de deslizarse fuera de, prácticamente, el regazo de Jeon. Solo recibió un asentimiento antes de que el tipo se pusiera de pie y comenzara a calentar sus entumecidos músculos.

—Vámonos.

—¿Tan rápido? —dijo frotando uno de sus ojos. Jungkook lo miró.

—¿Sabe qué? No, coma algo antes, no quiero escucharlo lloriquear porque no desayunó como ayer. 

Taehyung hizo una mueca, pero no iba a negarse a la orden, así que buscó algo que comer. El pan ya estaba algo duro, pero era sin duda mejor que nada. Masticó mientras miraba los alrededores, le gustaba cómo se veían los primeros rayos de sol filtrándose entre las copas de los árboles, eso era una contradicción que siempre le molestó, incluso si le gustaba el ambiente ajetreado de las ciudades, también le agradaba la tranquilidad del bosque desde que era pequeño.

—¿Prefieres permanecer en los pueblos o esto?

—¿"Esto"? —dijo Jungkook despertando al caballo.

—Sí, como... ya sabes, la naturaleza, el aire libre. ¿Me entiendes?

—No es algo que me importe mucho, cualquiera es aceptable.

Un bufido escapó de los cerezos del adivino, para él eso era pura mierda, no creía que a alguien realmente pudiera darle igual casi todo, incluso en el fondo debía existir alguna clase de inclinación.

—Bien, escucha: un asesino te apunta con un revolver y te dice que debes escoger entre vivir en la ciudad o en el bosque, de lo contrario, morirás, ¿tú...?

—Sujeto su muñeca, quiebro su brazo con un rodillazo y tomo su arma para disparar.

—¿Qué? —Quiso llorar, ¿era este sujeto serio?

—Está apuntándome, ¿no?

—Ese no... ese no es el punto.

Jungkook se alzó de hombros, a Taehyung realmente le parecía curiosa la forma en que el mercenario charlaba sin en verdad decirle nada, su habilidad para desviar las cosas era envidiable.

—Si ya terminó, le pido que suba al caballo.

El moreno se levantó y obedeció, caminando hasta el corcel. En esta ocasión, Jungkook subió primero, así que tuvo que sentarse detrás y, con renuencia, aferró los dedos a los costados del hombre, aún seguía abochornado por haberse dormido aferrado a él, así que lo que menos quería era ser pegajoso de nuevo. Pero su plan de mantener la distancia se desmoronó nada más el animal empezó a andar, por poco cayó al perder el equilibrio, mas un fuerte agarre en su brazo lo evitó.

fate reader | kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora