fate reader | kooktae

treintaitrés

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No tenía que preguntarle a Taehyung si habían enemigos cerca para saberlo, ellos estaban allí, incluso podía escuchar sus botas pisando el suelo si agudizaba su audición. Debía evadirlos, si se enfrentaba a uno, terminaría por alertar a los demás o dejaría un rastro hacia ellos, pero ocultarse en pareja era significativamente más complicado que jugar al escondite de manera solitaria.

Apretó su mano en la muñeca de Taehyung y le echó un vistazo rápido, aunque vagamente podía vislumbrar su afligido rostro en la oscuridad de la noche. Una nube se había encargado de cubrir la luz de la luna y básicamente caminaban a ciegas, era una ventaja, pero algunos de sus contrincantes contaban con faroles. Relamió sus labios y se preguntó cuál fue el preciso momento en que se condenó a sí mismo, no podría decirlo, pero cierta cosa debió haberlo hecho volverse débil en torno a Taehyung, y mucho, porque ahí estaba de nuevo, lanzando todo a la borda por él.

Tiró del vidente hacia abajo cuando oyó un ruido peligrosamente cerca y ambos guardaron rotundo silencio mientras observaban a una pareja de mercenarios patrullando a unos metros de distancia con una fuente de luz.
Estaban avanzando demasiado lento, a ese paso, los hombres de Jimin hallarían primero que ellos el punto en el que había dejado al caballo y estarían jodidos, agregando el hecho de que, aunque tenía experiencia, no era fácil orientarse entre árboles idénticos en la penumbra. Debían darse prisa y llegar antes de que el cielo se despejara y quedaran expuestos.

No le gustaba la idea de arriesgarse a hablarle a Taehyung y alertar a alguien con el sonido de su voz, pero era la única opción viable teniendo en consideración que participaban de una carrera y estaba en juego su supervivencia. Aproximó su rostro al ajeno y se inclinó hacia su oreja.

—¿Cuál es el camino más rápido hasta el caballo con el que llegué aquí? —susurró luego de meditar sus alternativas. Pudo haber preguntado por la ubicación de algún otro corcel, propiedad enemiga, pero prefería no actuar temerariamente o subestimar a sus contrincantes. Taehyung se separó para mirarlo a los ojos por un segundo y se liberó del agarre de Jungkook para esta vez ser él quien lo sujetara, tomaría el rol de guía.

El mercenario vio al contrario levantarse sin erguirse por completo y lo imitó, entonces Taehyung comenzó a caminar con el máximo sigilo del que era capaz, sin soltarlo. Pensó que sería más práctico si pudiera hacer uso de sus dos manos para neutralizar un ataque sorpresa, pero al sentir la presión de los dedos del adivino en su piel, decidió que lo dejaría así, probablemente le brindaría mayor tranquilidad estar tocándolo en todo momento, serviría de comprobante de que seguía allí a su lado, sano y salvo. Jungkook no dudaba de su percepción sensorial, pero estar en contacto con él también ayudaba a que su propia preocupación disminuyera.

Permitió que Taehyung lo guiara y se dedicó a buscar cualquier elemento sospechoso en su entorno que supusiera una amenaza. Si todo iba como lo planeado, podrían montarse en el caballo y largarse de regreso al norte, no acabaría allí la persecución, pero en definitiva estarían en menos peligro que en su situación actual. Lo que pasaría después era incierto. No podía permanecer junto a Taehyung, eso era lo mejor para ambos y estaban de acuerdo en eso, pero, ¿cuánto tiempo tendrían que viajar juntos hasta estipular que ya era seguro continuar por separado? Por más que quisiera, Jungkook no podía prever con certeza cómo eso afectaría su relación, porque las cosas con el pelirrojo nunca parecían desarrollarse como lo imaginado.

Tendría que tomar otro camino tan rápido arribaran a una villa y le consiguiera un animal de transporte a Taehyung. Quizá no volverían a verse posterior a su despedida, pero él prefería creer que sí, que en el futuro podría recuperar el pleno control de sus emociones y reacciones, y que entonces, cuando pensara pertinente recurrir al vidente, sus principios ya no se tambalearean al estar frente a frente. Deseaba que para esos meses o años, Taehyung también pudiera borrar sus inapropiados sentimientos con éxito, sin tanto sufrimiento de por medio.