Acto XIII

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·La felicidad brilla en los corazones de todos·

Lia Zakharov

La forma en la que los copos de nieve llegan a tocar las blancas calles de Shibuya me hacen recordar como es Rusia en estos meses

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La forma en la que los copos de nieve llegan a tocar las blancas calles de Shibuya me hacen recordar como es Rusia en estos meses. Aquí no nieva con la misma intensidad que en mi hogar, pero sus similitudes es lo que lo hace tan entretenido de admirar.

Acerco mi cabeza a la ventana más próxima que tengo y exhalo algo de aire, el vidrio se empaña dándome la oportunidad de dibujar lo primero que se me viene a la mente. Con mi dedo índice me doy a la tarea de darle forma a pequeñas estrellas.

—Cariño, pareces una niña —la voz de Akira es muy difícil de describir para mi. Es algo grave, pero no al llegar al punto de exagerar. Quizás la podría comparar con la de Takemichi, ya que en un punto los tonos agudos invaden sus cuerdas vocales—. Me invitaste a tu humilde hogar para ayudarte con tu regalo de navidad, es una pena que no pueda festejar contigo, me hubiera gustado darte algo brillante y pequeño, digno de una bella dama como tu.

—Con que me ayudes ya es mucho para mi —regreso a la pequeña sala a seguir cortando tiras de cinta adhesiva. Tengo que tener este obsequio antes de meterme a la ducha.— No es tu obligación ayudarme y aún así lo estás haciendo. Gracias

—No es nada dulzura —sus ojos conectan con los míos, notando que el grisáceo de su color casi llega al blanco. No tiene una mirada dura, es más relajada—. ¿Ya te diste cuenta de lo lindo que soy?, para ti siempre estaré disponible.

—Sigue envolviendo —reí un poco, no por incomodidad. Me acostumbre bastante a esa clase de actitud o comentarios, ya no me molestan porque se que él simplemente es así—. ¿Crees que hice bien con esto?

—Si me estas hablando del regalo, no sabría que decirte. Nunca me han regalado algo sencillo pero con mucho significado...además no conozco a Shinichiro Sano. Me compadezco de ti, de todas las personas que te pudieron haber tocado fue él...no es tan fácil de elegir algo de su agrado.

Si es hermano de Emma, Mikey e Izana, dudo que sea una mala persona. Solo no se ha dado la oportunidad de conocerlo. Solo en algunas fotografías cuando voy a casa de Manjiro o Emma.

—¿Cuántos son en esa familia? —soltó una pequeña carcajada en cuanto terminó de preparar el moño color morado—, ya puedes pegarle el último toque.

Así lo hice, justamente en medio de la caja rectangular. Aunque el resultado fuese muy sencillo, Akira se encargó de aplicar brillantina en exceso, sin embargo, no creo que tenga un mal aspecto. Recogemos el desastre que hemos creado, una vez teniendo ese espacio limpio me encamino a mi habitación en donde se localiza mi guardarropa. Noté que mi amigo pelirrojo venía siguiéndome.

—Deberías usar algo tierno, quedaría perfectamente con tus rasgos —miré como se sentaba en mi cama y tomaba entre sus brazos algunas de mis almohadas—. Creí que Hajime pediría ir de una manera más elegante y seria, pero veo que alguien lo convenció de ser más discreto.

Mentiras Piadosas [Sano Manjiro y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora