Acto XXIII

24 3 0
                                    

•El internet está hambriento y alguien tiene que alimentarlo•

Lia Zakharov

⚠️Mención de violencia, sangre, gore⚠️



El bullicio de Tokio nunca duerme, y mucho menos lo hace mi mente.

Esa mañana, el café no pudo hacer nada por sacarme de la espiral de pensamientos que me envolvía.

Sentada en mi estudio, con las paredes llenas de fotografías que habían capturado fragmentos de vidas ajenas, me sentía atrapada en mi propia realidad. El zumbido del teléfono resonaba de fondo, pero estaba demasiado absorta en mi trabajo para prestarle atención.

Fotografiar para una de las casas de moda más famosas de Japón tenía su precio.

La presión, las expectativas y la necesidad constante de innovar me habían convertido en alguien que apenas reconocía. Cada clic de mi cámara era una lucha contra la mediocridad, una batalla para demostrar mi valía.

Y en medio de todo... estaba Manjiro Sano.

Estoy muy feliz, pero también estoy triste. Mikey está fuera de Japón por algunos asuntos en Filipinas.

Aunque me ha prometido algo... que a veces pienso que no puede ser real. Empezar a hacer las cosas bien para definir nuestro futuro.

El teléfono no dejaba de sonar.

Era un número desconocido, así que lo ignoré una vez más, sumergiéndome en la edición de mi último proyecto.

Mañana lanzaremos la nueva línea de vestidos de novia.

Las luces del estudio creaban sombras que bailaban en las paredes mientras ajustaba los contrastes y colores de las imágenes en mi pantalla. Pero la insistencia era incesante. Finalmente, con un suspiro de exasperación, contesté.

—¿Hola? —dije, tratando de mantener la calma.

—Lia, soy yo, Kokonoi —la voz al otro lado de la línea era fría y dura, como siempre.

Kokonoi Hajime... lo recuerdo.

—Koko, ¿qué ocurre? —pregunté, aunque ya sentía un nudo en el estómago.

—¡Te lo advertí, Lia! —espetó, su tono cortante—. Te dije que tuvieras cuidado al relacionarte con Manjiro. Ahora las noticias están llenas de rumores sobre ti. Dicen que te estás acercando a él solo por interés económico. No solo eso, también se ha dicho sobre un amorío que tuviste con un empresario en Moscú.

Me quedé en silencio, tratando de asimilar la información. Sentí un escalofrío recorrerme la espalda. No era la primera vez que los rumores intentaban destruirme —gracias a mis años de estudiante—, pero esta vez sentía que era diferente, más personal.

—Eso... no es cierto —respondí finalmente, la voz apenas un susurro—. No sabía nada de esto.

—Lo sé, pero necesitamos aclararlo cuanto antes —Kokonoi no mostraba ninguna compasión—. Nos encontraremos en unas horas. Ven a mi oficina. Tengo algunos contactos que pueden ayudarnos a manejar esto.

—Sí, iré enseguida —dije, sintiéndome cada vez más abrumada.

Colgué el teléfono y salí de mi estudio, sintiendo una mezcla de ira y desesperación.

Necesitaba hablar con alguien que pudiera entenderme, así que decidí encontrarme con Akira cerca de un bar donde solíamos relajarnos. Su carácter coqueto y despreocupado siempre lograba levantarme el ánimo, aunque fuera por un momento.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 21 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mentiras Piadosas [Sano Manjiro y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora