𝗦𝗜𝗠𝗣𝗟𝗘 𝗢𝗠𝗘𝗚𝗔 ↝ jongmin

🐺•*¨*•.𝗢𝗻𝗰𝗲

JongHo se despertó al sentir el lado contrario de la cama vacía. Talló sus ojitos, intentando acostumbrarse a la luz del sol que entraba por la ventana. Sintió unas voces en el primer piso, por lo que pensó un poco antes de bajar, no quería ser entrometido, pero tampoco le gustaba estar solito.

Primero miró de reojo por la puerta, acercándose lentamente hacia la escalera, bajándolo con cuidado, intentando no hacer mucho ruido. Pero su plan se vió interrumpido por una mala pisada que dió, se había torcido un poco en tobillo, lanzó una maldición al aire, obvio, MinGi lo escuchó.

—¿Jonggie? Ya despertaste. —el alfa se acercó a darle un besito en la frente.

—No me gusta estar solito.

—¡Eres el chico bonito! —escuchó una voz gritar, abrazó al mayor, se había asustado con aquel grito.

—GaHyeon no grites, se llama JongHo.

—JongHo. —repitió. —¡Hola!

—Yo me iré ahora, princesa promete que no harás tanto desastre. Volveré en unos días. —YunHo le habló a su hija, luego se saludar al omega.

—Está bien papi. —le sonrió, y el alfa se agachó, para que ella le diera un besito en la mejilla y un abrazo.

Luego de irse, se formó un pequeño silencio, fue algo breve ya que la pequeña comenzó a hablarles y a hacerles muchas preguntas.

—¿Son novios? —fue la primera pregunta que hizo.

—Aún no se lo e pedido, pero es mi destinado. —el rubio le contestó a su hija.

—Hazlo rápido. —fue lo que le dijo la niña. —Papi MinGi tengo hambre.

Se levantó rápidamente hacia la cocina, mientras le pidió a JongHo que se quedara un momento con su hija. Ella rápidamente se cambió de lugar, sentándose al lado del omega. Lo miró por unos minutos, cosa que hizo que se sintiera algo incómodo, pero no le dijo nada.

—Eres muy bonito. —le dijo, a lo que él murmuró un "gracias", algo avergonzado, pues desde que había llegado le había dicho lo bonito que era.

Eso había sido algo incómodo, pero luego de que el alfa se haya sentado con ellos mientras comían algo, hizo que las conversaciones fluyeran con más naturalidad.

—¿Puedo dormir un poco? Papá YunHo me despiertó temprano. —bostezó.

—Está bien, te despertaré más tarde. —le sonrió, ella se levantó y le dió un besito en la mejilla, al igual que al castaño. Ambos se sorprendieron por aquello.

—Ya te quiere. —le dijo el alfa, mientras terminaba su café.

—¿De verdad?

—Por lo general es algo arisca, pero me sorprendió que contigo fuera diferente. Con Yeo tardó un par de meses en confiar en él.