"Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, dormiré por toda la eternidad."
- Nelson Mandela.Todo pasó rápido, tan rápido que ni siquiera hubo tiempo para armar un plan en condiciones. Los campeones corrieron lo más rápido posible a sus Bestias Divinas, Mipha y Daruk eran los que se encontraban más cerca de sus Bestias, mientras que Revali voló hasta quedarse sin aire y Urbosa y sus guardias cabalgaron hasta que sus huesos ardieron, pero no había tiempo para el dolor, ya no más.
Por su parte, Impa bajó a Kakariko, que estaba a escasos kilómetros de la Puerta de Lanayru. Finalmente, Link se subió a Rhiannon y corrió al Castillo de Hyrule, acompañado de una inesperada acompañante, Zelda acompañaría a Link en lo que podría ser la batalla más peligrosa en la historia del territorio hyliano.
Su fiel amiga le sugirió en repetidas ocasiones que se quedara con ella, Kakariko era un lugar sumamente alejado del castillo, por lo que estarían a salvo, sin embargo, la princesa se negó. Estaba harta de solo ser una carga para los demás, era una persona adulta con la capacidad de decidir qué hacer o no, su decisión estaba clara, haría lo que fuese por ayudar.
Sin más dilación, el elegido y la heredera al trono partieron a la velocidad del sonido hacia la región central de Hyrule. El viaje fue un infierno, se toparon con una exagerada cantidad de monstruos de diferentes tamaños y colores, pero tenían que pasar de ellos, al igual que debían de ignorar los terribles asesinatos que estaban sucediendo a su alrededor.
Ciudadanos pedían ayuda a gritos, a ambos les tocó presenciar como los monstruos mataban sin piedad a muchísimos hombres, además de ver litros y litros de una sustancia de color negro con toques magenta que se tragaba todo lo que estaba a su paso. Ver tantas personas inocentes perdiendo la vida de las más crudas formas fue algo sumamente desagradable para ambos, querían detenerse y ayudar, pero estaban lejos de su destino final.
Después de la hora de cabalgata más intensa de la historia, llegaron a la Ciudadela del Castillo de Hyrule... O lo que quedaba de ella. El fuego se esparcía como si hubiese llovido gasolina, todos los edificios estaban destruidos, y los gritos, los malditos gritos... Hombres, mujeres e incluso niños, yacían sin vida, incinerados.
El Castillo de Hyrule estaba cayéndose a pedazos. Cinco pilares emergieron de lo más profundo de la Tierra, alzándose hacia el cielo, expulsando lo que parecían ser...
¿Guardianes?
Décadas, incluso siglos de tecnología Sheikah acababan de ser infectados por Ganon. Había robots gigantes sumamente veloces disparándole sin parar a cualquier cosa que se le pusiera en frente, no importaba si eran edificios, árboles, o seres humanos. Los Guardianes eran un arma esencial para la batalla contra El Cataclismo, y ahora tenían un ejército de máquinas con conciencia propia en contra.
— Vámonos de aquí. — Dijo Link, al ver que la Ciudadela se había tornado un infierno.
No obstante, no se percató de que su compañera de viaje a penas lo escuchaba. Zelda estaba congelada, con una mirada que denotaba un enorme terror. Sin poder controlarlo, sus ojos empezaron a derramar lágrimas como si fuesen cataratas.
— ¡Zelda, no es tiempo de lamentarse! — Reclamó el elegido. — ¡TENEMOS QUE IRNOS AHORA MISMO!
— M-M-Mi...
— ¡ZELDA, RESPÓNDEME!
— Mi papá está ahí adentro...
Link no pudo evitar quedarse totalmente paralizado, no quería aceptar la desgracia de la que acababa de enterarse.
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The Legend of Zelda: Age of Calamity
AdventureCuando se confirma el rumor de que un joven proveniente de la Aldea de Hatelia se hizo con el poder de la Espada Maestra, el reino de Hyrule entra en estado de alarma ante la inminente llegada de la maldad en su más grande expresión.