The Legend of Zelda: Age of Calamity

Cumpleaños feliz.

"Incierto es el lugar en donde la muerte te espera; espérala, pues, en todo lugar."
- Séneca.

Habían pasado dos semanas desde lo acontecido en la Fuente del Poder. Los días se habían vuelto una interminable monotonía basada en despertarse, desayunar, ir a la Fuente del Poder, regresar a la torre, comer, ir a la Fuente del Poder, volver para cenar, ir a la Fuente del Poder, y dormir pocas horas. El pasar de las horas era insufrible, y la exagerada tensión que había entre el elegido y la princesa no hacía más que empeorar la situación.

En un principio, intentaron continuar con sus vidas como si nada hubiera pasado, pero la incomodidad que sentían ambos era insufrible. Sus conversaciones se tornaban incluso peores que las que tenían antes de lo que pasó en el Desierto, pasaron de reírse juntos por horas a no poder esperar el momento en el que pudieran encerrarse en sus habitaciones para conversar con la almohada sobre cómo se sentían.

La princesa comenzó a entrar en un estado de depresión preocupante. No comía, dormía poco, solo se dedicaba a rezar, pero ya no lo hacía con la intención de despertar sus poderes, solo lo hacía porque era parte de su maldita rutina. El verde de sus ojos comenzaba a apagarse, su dorado cabello perdió el brillo, el rubor de su piel se tornó en palidez, y esa sonrisa brillante como el sol se había convertido en una línea recta.

El elegido se encontraba en una situación parecida. Ni siquiera se preocupaba por amarrarse el pelo o por portar su escudo, llevaba su espada por compromiso, comía muchísimo menos de lo normal y ni siquiera entrenaba. Ambos estaban en punto de quiebre, no faltaba mucho para que comenzaran a pensar en cosas estúpidas en las que un joven con una depresión severa no tratada piensa.

Lo único que parecía acabar con la monotonía, es que mañana es el cumpleaños de la princesa Zelda. Estaría cumpliendo por fin 18 años, ¿a quién no le gusta celebrar su cumpleaños? Pues, en Hyrule llegar a la mayoría de edad es algo que no muchos adolescentes desean, sobre todo las mujeres.

Al conseguir la mayoría de edad, el acceso al Monte Lanayru queda permitido a las jóvenes. En la cima de la montaña se encuentra la fuente más recóndita de todo el reino, la Fuente de la Sabiduría. Uno de los lugares más fríos del reino, con una estatua de la Diosa Hylia rodeada de témpanos de hielo y un tradicional estanque, el cual probablemente se encontraba a temperaturas bajo cero.

La Fuente de la Sabiduría era la única fuente que Zelda no había visitado. Durante sus 17 años de vida, rezó en la Fuente del Valor y la del Poder una innumerable cantidad de veces, compartiendo el mismo resultado en todas y cada una de sus visitas, fracaso. La Fuente de la Sabiduría era la última oportunidad de Zelda para despertar sus poderes, quedaba un solo cartucho, una sola bala. Si falla esa bala, todo se acabó.

Esa noche ninguno de los dos pudo dormir. La ansiedad de la princesa era simplemente insana, incluso llegó a pensar que le daría un ataque al corazón, no estaba exagerando, el día de mañana sería crucial para el futuro del reino. Tenía que despertar sus poderes fuese lo que fuese, no importaba si tenía que pasar 4, 5 o 100 días postrada a los pies de la efigie de la Diosa, no existía otra opción que no fuese despertar sus poderes.

[...]

Al amanecer, partieron corriendo al Monte Lanayru. Ninguno de los dos tenía la cabeza en su sitio, estaban tan distraídos que se les olvidó tomar el atajo de las Colinas de Saharsa, por lo que tuvieron que hacer el ya típico y monótono viaje hacia los Picos Gemelos. Ya nada era emocionante para ellos, muchos habitantes del reino desearían poder apreciar como el sol se alzaba en medio de los picos, pero ellos lo habían visto tantas veces que les parecía lo más normal del mundo.

Para llegar al Monte Lanayru, hay que atravesar Kakariko, por lo que, tras un viaje de 6 horribles horas, llegaron a la aldea de los Sheikah, donde los esperaba Impa. Ella los recibiría alegremente, pero al ver las condiciones en las que su compañera de vida había llegado casi sufre de un infarto.