Jennie recibirá un castigo por parte de su padre por ser tan mimada, vivir por un tiempo con una de las trabajadoras de su mansión, Lisa, la jardinera a quien a estado atormentando desde que ingresó a trabajar.
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Lisa ahora se arrepentía, no debió gritarle así a Jennie, la hizo llorar y escucharla solo causaba más culpabilidad en ella.
¡Pero es que la saca de quicio!
_Jennie...- Lisa llevaba cinco minutos tras la puerta, buscaba la manera en que la perdonara - en verdad lo siento, me dejé llevar y eso no estuvo bien.
_Vete - respondió Jennie, estaba hecha bola sobre la cama y la sábana la cubría por completo - eres una salvaje.
_No, Jennie...
_Deja de llamarme por mi nombre - pronunció con enfado - dirigite a mí como señorita - ordenó.
_Jennie, ya no estoy trabajando para tu familia - respondió con voz suave - ¿Puedo pasar? Quisiera hablar contigo.
_No - se envolvió con la sábanas como si fuera un gusano y se pegó a la pared, dándole la espalda a la puerta, eso hacia siempre que estaba triste, la hacía sentir como un abrazo, ya que no tenía quién la consuele en los momentos en que necesitaba a alguien.
Como dijo la sirvienta, su padre casi no paraba en casa por temas del trabajo, es una de las razones por la cual Jennie odia a esa empresa.
_Por favor - Lisa volvía a insistir - déjame pasar.
Jennie lo pensó un instante y queriendo un poco de compañía, aceptó.
_Solo cinco minutos - respondió. Lisa se asomó tras la puerta y encontró a una oruga rodando para poder verla - habla rápido - tenía los ceños fruncidos, unos muy tiernos.
_Primero, te pido que me disculpes, no debí gritarte - se acercó a la cama, sentandose al lado de Jennie - ¿Me disculpas? - la miró a los ojos, Jennie negó lentamente - ¿Por qué?
_Yo sabré cuando perdonarte - Lisa sonrió levemente.
_Está bien - se apoyó en la cama con sus manos detrás - lo otro que quería decirte, es que yo no hago esto con el afán de molestarte...digo, yo quisiera tenerte lejos de mí - cerró la boca cuando vió la mirada asesina de Jennie - omite lo que dije, lo que quiero decir es que acepté porque tengo deudas, ¿Está bien? ¿Y si tenerte aquí significa poder salvar mi casa? Pues lo haré, lo siento.
_No quiero estar aquí...- Jennie volvió a girar frente a la pared - se escuchan grillos, la cama es dura y hay poca iluminación, y cuando pasa un auto pienso que es temblor, me asusta.
_Es cuestión de acostumbrarse.
_Claro, lo dices como si fuera fácil.
_Adaptarse a algo nuevo no es fácil, pero tú solo lo harás por unos meses, ¿Sabes porqué lo hizo tu padre?
_Quiere cambiarme - volvió a girar - no necesito cambiar nada, yo soy perfecta - volvió a darle la espalda - mejor que cambie él.
_Tratar mal a los que no son de tu clase social, no está bien.