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Había sido el primer día y no le fue tan bien como lo había pensado, creyó que solo habría una pequeña rencilla entre ambas y que luego solo se ignorarían mutuamente, pero aquel balde de agua helada le estaba dejando en claro que apenas era un aviso de guerra.

¿podría vengarse de la hija del patrón?

Quizá si es cautelosa con sus acciones, Jennie no sabría como culparla.

_¿Como te fue? - preguntaba la pequeña Suzy, ella estaba haciendo su tarea sobre su cama.

_Bien - mostró una sonrisa. Se acercó a su armario y dejó su bolso dentro, ya había anochecido y se encontraba muy cansada - ¿ya haz cenado? - se quitaba su chaqueta.

_Sí, mamá ya está descansado, dejó tu cena en la mesa.

_Bien - se dirigió a la puerta.

_¿Donde está tu ropa de esta mañana? - Suzy preguntó dudosa, traía una ropa distinta con la que se fue esa mañana.

_Lo dejé allá, estaba sucia y me ofrecieron lavarlo por mí - respondió con naturalidad y salió del cuarto.

Había mentido, la verdad era que su ropa estaba en casa de Jisoo, ella le había prestado al saber lo que esa niña rica le había hecho a su amiga.

Lisa movió la silla y se sentó para poder cenar, despató el plato y quedó pensativa al ver esa pequeña porción sobre la mesa. Le entristecia no poder darle más a su familia, ver como apenas y tenían para cada día, mientras los adinerados malgastan el dinero sin tener que preocuparse por nada.

Quitó esos pensamientos de su cabeza y prosiguió a comer, no le importaba que estuviera frio, no podían gastar gas innecesariamente.

En cambio, ahora Jennie estaba relajada dentro de su bañera mientras escuchaba una tranquila melodía, unas velas con aroma a vainilla al rededor y traía una mascarilla junto a rodajas de pepino sobre los ojos

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En cambio, ahora Jennie estaba relajada dentro de su bañera mientras escuchaba una tranquila melodía, unas velas con aroma a vainilla al rededor y traía una mascarilla junto a rodajas de pepino sobre los ojos.

_Paz...- susurraba.

Estaba en su propio mundo cuando su celular comenzó a vibrar. Eso la hizo suspirar de frustración, se sentó con enfado y secándose las manos con una toalla, respondió el movil que estaba a un lado.

_¿Qué quieres?

_Hey, tranquila - respondió Jeongyeon - ¿ya no puedo llamarte?

_Ya, dime, ¿para qué me llamas?

_Quería saber si ya lograste echar a esa chica.

_¿A la jardinera? - preguntó confundida.

_Sí, esa misma, ¿Lisa?

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