Jennie recibirá un castigo por parte de su padre por ser tan mimada, vivir por un tiempo con una de las trabajadoras de su mansión, Lisa, la jardinera a quien a estado atormentando desde que ingresó a trabajar.
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Jennie llegaba a su hogar sin nada más en la mente que darse un merecido descanso, cuando frenó sus pasos en la sala al ver al pequeño caballerito esperándola en su sillón.
Llevaba puesto un traje color blanco y jugaba con una rosa entre sus manos mientras balanceaba sus pies, parecía aburrido.
_¿Qué hace este mocoso aquí? - preguntó al sirviente más cercano, con notorio enfado.
_Señorita, el señor Kim pidió que hoy salga en el pequeño Kim Soo Hyun a alguna cena o paseo, su padre vendrá por él a las ocho de la noche, pide que por favor lo trate bien y al menos intente conocerlo.
Jennie resopló cruzándose de brazos, era una ofensa para ella que quieran emparejarla con un mocoso como ese. Veía con los ceños fruncidos al pequeño cuando abrió los labios sorprendida cuando él le mostró el dedo del medio al darse cuenta cómo lo veía.
_¡Que grosero!
_Señorita, es a penas un muchacho - defendió el ama de llaves.
_Bueno, ¿vamos a ir a pasear o no? - se quejaba Hyun poniéndose de pie - si sigue así, no será digna de ser mi esposa, ni aunque me ruegue.
Los sirvientes apretaron los labios para no reír.
_¿Pero quien te crees para hablarme así? - Jennie lo miró incrédula por su atrevimiento tan inrespetuoso hacia ella - Escuchame bien, enano, te hace falta varios centimetros de altura para enfrentarme, será mejor que comiences a respetarme porqu-
_Ya vámonos - Hyun pasó por su lado, ignorándola y dejando con la palabra en la boca - Lana, mande a llamar a mi chofer, por favor - pidió con amabilidad.
_Entendido, joven Hyun.
_¡Oye! ¡Aun no he acabado contigo! - Jennie llegaba a su lado - escuchame bien, no voy a permitir que...
_Como digas - bajó las escaleras de la entrada y su chofer le abrió la puerta de su auto para que entrara, Jennie comenzaba a frustrarse con ese pequeño - ¿va a subir? ¿o tendré que llamar a su padre para decirle que su hija mimada nuevamente ignoró su pedido? - habló de manera tan refinada que parecía todo un principe.
_Mocoso...- murmuró entre dientes, dirigiéndose al auto e ingresando de mal humor, ni siquiera quiso dirigirle la mirada y se cruzó de brazos.
_Tenga, para usted - el pequeño le tendió la rosa que había traído.
Solo bastó que el auto comenzara a avanzar para que la rosa salga despedida por la ventana.
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