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Nayeon esperaba sentada en la cama de Sana, ella dijo que la esperara, que solo iría a comprar algunas cosas, cuando comenzaron a tocar la puerta

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Nayeon esperaba sentada en la cama de Sana, ella dijo que la esperara, que solo iría a comprar algunas cosas, cuando comenzaron a tocar la puerta.

La pelinegra se puso de pie y caminó con timidez a la salida, seguro Sana se había olvidado las llaves y si no le abría, se molestaría.

La abrió con la mirada baja y al levantarla, vió a Jeongyeon levanté de ella, iba a sonreír aliviada por verla, pero la pelicorto de adelantó y la abrazó tan sorpresivamente, pudo escuchar el ligero jadeo que soltaba de su boca, como si hubiera corrido.

_Estás bien...- pronunció Jeongyeon sin separarse.

_Jeong...- respondió por lo bajo, no sabía lo que está pasando.

_Dime - la pelicorto tomó su mejilla, buscando al menos uns herida o alguna señal de que a sido lastimada - ¿En serio estás bien? ¿No te pasó nada?

_E-estoy bien...- respondió nerviosa por su cercanía.

_¿Por qué estabas aquí? ¿Sana te obligó? - preguntó preocupada.

_N-no...- estaba dudosa - no me obligó...no - negó.

_Nayeon - tomó sus hombros - solo dime, ¿Tú querías estar aquí? - Nayeon bajó la mirada, negando lentamente - entonces te obligó - pronunció seriamente - vámonos, te llevaré a casa, tú familia está muy preocupada.

_Está bien...- respondió Nayeon, pero su mirada se volvió a una de temor cuando miró a las espaldas de Jeongyeon, Sana la miraba a ella.

_¿A dónde la llevas? - Sana comenzó a acercarse a pasos tranquilos y lentos, tenía unas latas de cerveza en una mano.

Jeong la miró desafiante y sin responderle, tomó la mano de Nayeon y comenzó a guiarla a su auto, para la preocupación de la pelinegra, Sana tomó su otra mano, deteniendola.

Ambas mayores cruzaron miradas y Sana atrajo a Nayeon a ella, la sujetaba de la cintura de manera posesiva y sin cuidado, la pelinegra se notaba incómoda, Sana solo miraba a Jeongyeon con una sonrisa burlesca, haciéndole entender que Nayeon solo era de ella.

Pero Jeongyeon también sonrió, creo que era hora de darle una lección, una que tanto habría querido darle desde un comienzo.

Sí, como dice Nayeon, la violencia no es buena, pero había algunas personas que se lo merecían, y Sana era una de ellas.

_Nayeon - pronunció la pelicorto y ella la observó - ¿Puedes subir al auto y encender la radio? Súbele todo el volumen que puedas - le habló con cariño - y espérame allí, ¿Sí? Iré en cinco minutos - la pelinegra bajó la mirada a su cintura, haciéndole saber que no podía aunque quisiera - oh, espera - Sana soltó a Nayeon para defenderse cuando vió a Jeongyeon ir contra ella y sujetarla de su camisa.

_¿Te recuerdo cómo quedaste la primera vez que trataste de defenderla? - advirtió Sana.

_Sí - sonrió con burla - terminé llevándome a Nayeon conmigo - la empujó al suelo, miró a la pelinegra y le señaló el auto mientras ella se quitaba su chaqueta de cuero.

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