Jennie recibirá un castigo por parte de su padre por ser tan mimada, vivir por un tiempo con una de las trabajadoras de su mansión, Lisa, la jardinera a quien a estado atormentando desde que ingresó a trabajar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Había llegado el día en que Jisoo debía presentarse frente a los padres de Rosé, pero eso no la tenía tan preocupada a comparación de qué ropa usar.
_¿Le vas a decir la verdad? - su primo la ayudaba a elegir su vestimenta.
_Si es necesario, lo haré - se veía en el espejo - después de todo, algún día tendrá que saberlo.
_¿Crees que se enoje? - Suga estaba pensativo - yo lo haría.
_No he echo nada incorrecto - giró a verlo - no hay motivos para enojarse.
_Ocultar de dónde eres, es mentirle, algunas personas no soportan las mentiras, por más mínimas que sean.
_Ya hablaré con ella si eso llegase a ocurrir - observó su reloj de muñeca y eran las once y treinta, Rosé llegaría en cualquier momento a su taller para recogerla - tengo que irme - tomó su cartera negra - deséame suerte.
_Suerte - Jisoo salía de la habitación - ¡Y me saludas al cabeza de maíz!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En la casa de Lisa, ella junto a Jennie seguían durmiendo, no se habían dado cuenta de la hora, su cuerpo solo les pedía descanso.
La castaña nuevamente dormía con la cabeza doblada a un borde y el pie de Lisa estaba en su mejilla, la pelinegra dormía boca abajo y deba pequeños ronquidos que eran casi inaudible, se habían quedado dormidas en segundos después de que cada una terminara de bañarse.
Lisa giró entre sueños y envolviendo más su cuerpo con las sábanas, se estiró por completo y empujó a Jennie fuera de la cama, la castaña fue despertando por un repentino dolor en su nariz y se dió con la sorpresa de que se encontraba en el suelo.
Se arrodilló tocandose la nariz y observó a Lisa dormir de lo más cómoda, refunfuñó entre dientes y volvió a subir, pero nuevamente Lisa la pateó por la espalda.
Jennie se levantó molesta y estaba a punto de tirarle la almohada en la cara cuando se detuvo, si no la despertaba, no irían a trabajar, eso la hizo sonreír con malicia, decidió no despertarla y gateando cuidadosamente como un gato, fue subiendo a la cama y se recostó lentamente para volver a dormir.