capítulo dieciséis

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Bárbara

tres meses después

Tres meses habían pasado desde que decidí cortar todo tipo de vínculo con Enzo, no lo había vuelto a ver después del cumple de Pía. Solo lo cruzaba cuando tenía que cubrir algún entrenamiento y la última vez que le había escrito fue cuando se lesionó, en el momento que vi las imágenes de él llorando sentí que tenía que escribirle. Quizás después sí, me arrepentí y desee poder eliminar el mensaje, desee que él  no lo leyera y se diera cuenta que todavía pensaba en él, pero cuando lo intenté ya era tarde.

En estos meses había conseguido formar una especie de "relación" con Thiago, estábamos casi todos los días juntos y yo ya había conocido a su hermana. Me contó que se llama Francisca, que tiene dos años más que yo y es hincha fanática de River, así que cuando se enteró que yo trabajaba con ellos me pidió que por favor la llevara a ver un partido.

Mucho no podía hacer así que con Thiago decidimos sacar tres entradas para ver el partido contra Racing que se jugaba en el Monumental y podía definir al campeón del torneo. Siendo sincera, en estos días que estaba de vacaciones prefería pasarme todo el día en mi departamento, pero saber que lo estaba haciendo por la hermana de Thiago me facilitaba las cosas.

—te juro que no puedo creer estar acá—me dice Francisca dando vueltas para poder mirar todo a su al rededor

—camina para adelante porque te vas a chocar todo—comenta Thiago al lado mío—y otra cosa, no putees en el partido porque los que van a estar al lado tuyo te van a querer cagar a trompadas.

—por ahí podes sacar tus puteadas cuando estemos cantando—explico cuando veo la cara de preocupación de Fran

Caminamos unos metros más y luego de hacer los chequeos de las entradas, ingresamos al estadio. Ver la cara de felicidad de la hermana de Thiago hizo que me volvieran todos los recuerdo de cuando vine por primera vez al Monumental con ochos años de edad, sin pensar que cuando sería más grande trabajaría aquí.

—posta muchas gracias por todo esto—nos dice una vez que estamos sentados, Fran se saca la camperita que tenía puesta y deja ver su remera de River con el número 24 atrás

—eu esa remera es mía—dice Thiago señalándola, trago en seco ante eso. Imaginar que él tenía una remera de Enzo me hacía sentir incómoda, aunque es algo lógico viniendo de un hincha de River.

—una lástima, sabes que amo a Enzo asi que sonaste—contesta su hermana mirando hacia el campo de juego—vos de quien te trajiste?

—la de Santi—digo con una sonrisa haciendo alusión a mi mejor amigo

—son mejores amigos así que cualquier cosa que haga mal Santi, no digas nada—le dice Thiago a su hermana, haciéndome reír

Escuchamos los gritos de la hinchada así que nos damos cuenta que ya habían entrado los equipos para hacer la entrada en calor. A lo lejos logró divisar a Santi, que no parecía estar nada nervioso a comparación de lo que me había hablado hoy a la mañana.

Media hora después empieza el partido y todo el público se levanta para comenzar a alentar, Fran estaba desacatada cosa que me hacía tentar. A los 32' del primer tiempo mete gol Palavecino y es un grito de esperanza lo que se escucha en el estadio.

Ni bien comienza el segundo tiempo nuestro goleador pone el 2 a 0 y hace que todos los hinchas quieran que se quede a vivir en el club. Luego del doblete de Brian la gente comienza a gritar y a declararse campeones del torneo local, el primero de Gallardo.

—somos el amuleto de la suerte—grita Fran mientras le están dando la medalla a los jugadores

—es la primera vez que venis Francisca, estas hablando en serio?—contesta Thiago y así empieza una pelea de hermanos en la que yo salgo por completo al ver a Enzo a lo lejos

Estaba con el cabestrillo para no mover el brazo, se podía ver que le molestaba y que le había dolido no poder ser parte de este partido tan importante. Hablaba con Peña, otro de los que se había quedado afuera del partido por lesión.

Lo extrañaba? si, alguna vez se lo iba a decir? no. Me producía algo diferente verlo después de tanto tiempo, tristeza por como terminaron las cosas se podría decir. O bronca porque me seguía importando.





Tras todos los festejos y ya saliendo del estadio, les aviso a los chicos que tenía que buscar unas carpetas que me habían quedado en mi oficina. Las necesitaba urgentemente porque tenía que hacer una recopilación de todo lo que sucedió en el mundo river este año.

—si quieren vayan yendo en tu auto Thiago y después los alcanzo en el mío—les aviso, a lo que ellos asiente y se dirigen hacia el estacionamiento

Entro por un costado del estadio y me dirijo hacia los pasillos donde están nuestras oficinas, seguramente habría bastante gente por el trabajo de los fotógrafos y en sí porque River era campeón

Abro la puerta y ni la cierro porque lo único que tenía que buscar eran esas carpetas. Antes elijo mandarle un mensaje a Santi felicitandolo y deseándole toda la suerte del mundo, él es de esos chicos que decis "posta se merece todo lo que le está pasando para bien"

—no me vas a felicitar?—me giro asustada, ya en mi oficina, luego de que alguien me hablara en el oído. Cuando me doy vuelta lo veo, se notaba que habían estado tomando un poco o que estaban pasados de festejo

—felicitaciones—le digo apoyándome sobre la mesa de mi oficina— no tendrías que estar con el grupo vos?

—tantas cosas quiero que no puedo hacer—dice Enzo cerrando la puerta

—si?—le pregunto haciéndome la pelotuda, sabía que por algo de nosotros lo decía pero quería escucharlo con mis oídos

—no sé qué me hiciste, te juro que no sé que me hiciste—se acerca y queda a solo unos centímetros de mi cara— pero si sé que desde que me mandaste ese mensaje no puedo parar de pensar en vos y en qué hubiera pasado si me la jugaba

Qué hubiera pasado?nada, porque vos y yo somos polos opuestos pero de los que no se complementan ni pegandolos con la gotita. No se lo iba a decir, obviamente, siempre ocultando lo que me pasa y diciendo lo menos posible.

—no crees que estás un poco pasado de tragos?—es lo único que me sale decir

—y vos te pensas que no me da para decírtelo estando sobrio?—me lo dice mirándome fijamente a los ojos

—no estoy diciendo eso—trago en seco cuando noto que solo estaba a unos centímetros de mi cara—solo digo que capaz mañana te arrepentis de todo

—alguna vez me arrepentí de lo que pasó con vos?—me quedo callada, a lo que él sigue—de los dos siempre fui el único que te dije como eran las cosas y vos lo único que hiciste fue tratar de negar lo que te pasaba conmigo porque supuestamente "somos muy diferentes"

mi cara cambia completamente por una de sorpresa ante las cosas que me estaba diciendo, eran un golpe a la realidad

—nunca pensaste en jugartela y decir "que salga lo que salga"?—Enzo me mira fijo a los ojos y continúa— siempre estas pensando en lo que pueden llegar a decir los demás, pero nunca en lo que te pasa a vos. Me pasaban cosas en serio con vos Barbi, y te hiciste la que no te importaba. Te fuiste al segundo día con otro chabon por el solo hecho de estar celosa por esa mina que en mi vida me va a importar.

Me quedo quieta en mi lugar, con ganas de llorar y decirle un montón de cosas más que seguramente nunca iba a tener la oportunidad de decircelas. Pero sin embargo, elijo la opción de quedarme callada, así que él sigue hablando

—una sola cosa te voy a decir, no le hagas lo mismo que me hiciste a mi, a este chico—y se va, dejándome sola en esa oficina que en este momento parecía una caja de zapatos.

Amapola | Enzo PérezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora