Amapola | Enzo Pérez

capítulo doce

Bárbara

—basta tenemos que terminar esto—digo tratando de escapar del agarre de Enzo

Estábamos terminando unas cosas del cumple de Pía y Enzo había decidido empezar una guerra de cosquillas, de la cual yo no participé pero si fui agredida.

—un ratito más...—ve que me quedo mirándolo con cara seria y se resigna–no me mires con esa cara porque me intimidas

Omg intimido a Enzo Pérez, escuchaste mamá?

Enzo se sienta nuevamente y me alcanza las cosas para que sigamos haciendo lo del regalo de su hija.

—se ve que Pía te quiere mucho—comento luego de unos segundos en silencio

—por qué lo decis?

—no sé, cuando hablamos el otro día se notaba que hablaba como si admirara a su papá—digo siguiendo el dibujo—o capaz que es que extraño mucho a mi viejo y ya empiezo a flashearla

Enzo ríe por esto último

—hace cuánto no lo ves?—pregunta mirándome

—casi 6 meses—sigo dibujando tratando de concentrarme en otra cosa que no sea la imagen de mi familia—sé que vas a pensar que no es mucho, pero por ejemplo en estos días así se siente mucho la falta de ellos

—no minimices tus problemas—se sienta al lado mío y pasa uno de sus brazos por mi espalda—eu mírame

—que?—y cuando lo miro ya sé que tengo todos los ojos llenos de lágrimas

—sabes que podes contar conmigo para lo que sea no?—asiento—bueno ahora andá a preparar el mate que para algo te traje

—sos un tarado—digo entre risas y limpiándome las lágrimas—pero yo no sé hacer esa montañita que hacen todos  ustedes

—me estas cargando que tu mejor amigo es futbolista y no te enseñó a hacer la montañita?—niego riéndome por la situación de estar discutiendo por un mate—dios, vení que te enseño.

—por fin apareces!—me mira Clara desde el otro lado de la puerta—y tu novio?

Había llegado a las apuradas al departamento para terminar de acomodar las cosas y poder bañarme así recibía a la gente.

—se quedó para bañarse y me dijo que venía después—digo entrando a mi departamento—y no es mi novio para tu información

—en breve

—no

—acordate lo que te digo—dice acomodando la comida en la heladera—y Thiago?

—no sé–miro el celular—me mandó un mensaje a la mañana y me puso que hoy no iba a poder venir

—mejor, así no se te junta el ganado— viro los ojos sabiendo que en el fondo eso lo había pensado.

—me voy a bañar.

–si dale, escapá como una rata

Me doy vuelta y entro a mi habitación a buscar la ropa que me pondría, me había comprado un vestido negro solo para esta ocasión y no me arrepentía. Muy pocas veces me daba estos gustos.

Me encontraba yendo para la terraza del edificio con un montón de cosas en la mano, en cualquier momento caía rodando

—esperá que te ayudo—escucho la voz de santi desde abajo de las escaleras